lunes, 25 de mayo de 2009

Introspectiva Urbana

No se equivoquen, no es una fontana italiana, los árboles de fondo no pertenecen a Central Park, no es el portal de acceso a una paseo parisino, es la Terraza Neptuno en pleno Cerro Santa Lucía a metros del centro de Santiago, contaminada capital de Chile.
Para la época de vacaciones estivales y cualquier concentración de tres o más días festivos los santiaguinos se dividen en tres marcados grupos: los ABC1, nombre dado de acuerdo al marketing al estrato económicamente acomodado, que parten raudos al aeropuerto para continuar rumbo a cualquier destino exótico; los C2C3, la clase media, que inundan con sus vehículos las carreteras ansiosos por llegar a alguna playa deshabitada o lago perdido entre las montañas; y lo D/E, sector menos pudiente de la población, que maldicen el no compartir la suerte de los otros. A pesar de las marcadas diferencias de poder adquisitivo estos tres grupos tienen algo en común: sus ganas de marcharse de una ciudad a la que apenas conocen.
No me mal interpreten, al igual que la mayoría anhelo la llegada de las vacaciones para viajar a algún lugar hasta entonces desconocido y no encuentro nada más desintoxicante que una escapada de fin de semana lejos de lo cotidiano. Pero es una realidad que usualmente vivimos mirando otros horizontes convencidos de que el pasto crece mejor en el patio del vecino y no nos damos el tiempo de conocer y valorar la riqueza humana, cultural y arquitectónica de nuestras aparentemente poco interesantes ciudades.
Puedo decir por experiencia propia que redescubrir y reenamorarnos del lugar donde vivimos es una experiencia enriquecedora y fascinante. Basta sólo cambiar la disposición mental, por decirlo de alguna forma mover el switch de modo transeúnte a modo turista, para que esos lugares cotidianos y recurrentes adquieran una nueva significancia y hermosura, encontrar calles que no conocíamos, levantar un poco la vista y ver la riqueza arquitectónica de balcones o cornisas, y así entender que vivimos en ciudades cargadas de los problemas típicos de la urbanidad contemporánea pero a la vez rebosantes de una belleza enorme.
Una canción del grupo de rock Los Prisioneros a finales de los ’80 decía “Si sueñas con Nueva York o con Europa…. Porque no se van del país”, yo lo reemplazaría por un porque no conocen su país.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonito.

*CaleidOscópica dijo...

honor que usted me hace! qué buenas fotos, de verdad que sí, es un deleite leerle.


hasta luego!