domingo, 25 de mayo de 2014

El Mundo Está Allá Afuera

Mamerto sabe que su ruca es un oasis de ilusión momentánea, un recuerdo de tiempos idos. 
De seguro mientras carga sus dardos recordará sus días de niñas cuando efectivamente usaban las cerbatanas para cazar animales y no solo para dar una demostración de destreza a los turistas. 
Sabe que a la tarde él y su familia se quitaran las pinturas rituales, los trajes amerindios y dormirán en casas modernas con tantas comodidades y modernidad cómo es posible tener en el curso alto del Amazonas (las que por cierto no son muchas). 
La forma de vivir de los Yaguas se extinguió hace mucho, hoy solo quedan sus artesanías y sus danzas rituales, pero su mundo, su verdadero mundo hace tiempo está afuera, más allá de su ruca. 

 ¿Cuánto de nuestra vida es real y cuanto es tan solo un papel, un rol, perfectamente actuado?

jueves, 15 de mayo de 2014

Ojos Color de Selva

¿Qué se esconde detrás de tus ojos color de selva? ¿Te haces acaso las mismas preguntas que yo? 
Ambos no entendemos como es la vida del otro, a ambos nos despierta curiosidad ese mundo extraño al que nunca podríamos pertenecer por fascinante que nos parezca. 
Tú preguntas qué hago aquí fotografiándote y yo me pregunto qué haces aquí si tu belleza debería adornar las escuelas de la capital. 
Tú tienes dudas sobre lo incierto de mi futuro en la agitada vida citadina y te preguntas desde cuando llevo esas arrugas y ceño fruncido en mi cara; yo tengo dudas sobre lo incierto de tu futuro en las profundidades de la selva, a la vez que me pregunto desde cuando arrastras esas marcas bajo tu brazo y si son consecuencia de alguna peste o la mordida de algún insecto. 
En lo que ambos estamos de acuerdo es en que quizás yo conozco más pero tú eres más feliz.

sábado, 10 de mayo de 2014

La Lucha de los Morrones


Me pregunto si de verdad el morrón rojo ve como su enemigo al morrón verde. Ambos luchan por lo mismo, ambos desean ser tomados en sus manos por la “caserita” y terminar alegrando con sus sabores y colores una ensalada o algún guiso. Entonces ¿habrá odio entre ellos? 
En los años no he tenido grandes enemigos, al menos no declarados, pero si he tenido una gran cantidad de rivales, a algunos los he respetado profundamente a otros debo reconocer que los he menospreciado con cierta crueldad. 
A ratos en la guerra, el amor y los negocios todo es válido y tu contendiente parece convertirse en la mayor de tus pesadillas, pero pasado el fragor de la lucha, hayas ganado o hayas perdido, es inevitable reconocer que ese enconado adversario solo quería el mismo puesto de trabajo, conquistar a la misma chica o cerrar el mismo negocio, en resumen sólo cometió el error de cruzarse en tu vida por tener tus mismos sueños. 
Lo anterior me recuerda cuando siendo niño por obligación escolar leí La Illiada y no dejaba de sorprenderme la profunda admiración y hasta cariño que se tenían Héctor y Aquiles, reconociéndose incluso como hermanos, a pesar de saber que el enfrentamiento era inevitable y que uno daría muerte al otro. 
Supongo que también el morrón rojo y el verde se reconocen como hermanos aunque solo uno de ellos se llevará la gloria, supongo entonces que yo también he tenido muchos hermanos de sueños, a algunos vencí ante otros me incliné.

domingo, 4 de mayo de 2014

Claro de Luna (Republicación del 15/10/09)

Hace algunos meses me interné en las profundidades de la Cordillera de Nahuelbuta con la idea de tener durante el día un estrecho contacto con la naturaleza en estado casi virginal y por las noches el que mi hijo pudiera contemplar el maravilloso espectáculo de un cielo completamente estrellado usualmente oculto para sus ojos por la contaminación lumínica de nuestras ciudades. Lamentablemente unas porfiadas nubes y una rabiosa Luna llena nos obligaron a dejar la vista de las constelaciones para otra ocasión. Aún así la naturaleza nos regaló el magnífico espectáculo ofrecido por los rayos lunares descendiendo en medio de los bosques, perfectamente plateados y tan delicados que es imposible captarlos con una cámara fotográfica.
No sé ustedes pero en mi caso la acción de la naturaleza incide directamente en mis estados de ánimo. Las soleadas mañanas primaverales me energizan, los días de lluvia copiosa me sosiegan, las puestas de sol en verano me evocan romanticismo, y los preciosos claros de Luna me provocan una extraña sensación de nostalgia, una suerte de tranquila tristeza o dulce melancolía, y al parecer no soy el único.
El escritor Edmond Rostand decidió que fuera en un “Claro de Luna” que el Cyrano encontrara la muerte mientras la misma pálida luz iluminaba las lagrimas de su amada prima Roxana quien ya demasiado tarde había descubierto quien era el verdadero autor de las letras de las que se enamoró.
Como “Claro de Luna” es comúnmente conocida la hermosa Sonata 14 en Do# de Beethoven compuesta en medio de la tristeza de verse privado del amor de Constantina Gullietta Guicciardi por razones sencillamente sociales además de comenzar a sobrellevar su sordera. Según la tradición en el primer movimiento describe calmo su amor platónico, en el segundo describe sus encuentros y en el tercero libera toda su melancolía con una vehemencia casi inusitada.
“Claro de Luna” también se llama el cuento de Guy de Maupassant en donde el testarudo cura Marignan descubre en una visión bajo la plateada luz lunar el verdadero significado del amor romántico.
Casi cien años después de que lo hiciera Beethoven el compositor francés Claude Debussy bautizó como “Claire de Lune” a una de las obras de su soñadora juventud y aunque deseo que está no se publicará por encontrarla demasiado triste y melancólica terminó convirtiéndose hasta la fecha en su creación más reconocida.
Finalmente en 1974 el cantautor cubano Silvio Rodríguez dio un respiro a sus cantos a la revolución y en contra del imperialismo para componer “En el Claro de la Luna”, una de sus más delicadas melodías y una de sus poesías mejor lograda.
De más está decir que la presente entrada la reflexione fumando un cigarrillo bajo la melancólica luz de un claro lunar y como sería largo transcribir las obras de Rostand o Maupassant y las bellas melodías de Beethoven y Debussy son imposibles de traspasar a letras les dejo los versos de Silvio.

“En el Claro de la Luna donde quiero ir a jugar
Duerme la Reina Fortuna que tendrá que madrugar.

Mi guardiana de la suerte, sueña cercada de flor,
Que me salvas de la muerte con fortuna en el amor.

Sueña, talismán querido, sueña mi abeja y su edad;
Sueña y si lo he merecido sueña mi felicidad.

Sueña caballos cerreros, suéñame el viento del sur,
Sueña un tiempo de aguaceros en el valle de la luz.

Sueña lo que hago y no digo, sueña en plena libertad,
Sueña que hay días en que vivo, sueña lo que hay que callar.

Entre las luces más bellas duerme intranquilo mi amor
Porque en su sueño de estrellas mi paso en tierra es dolor.

Mas si yo pudiera serle miel de abeja en vez de sal.
¿A qué tentarle la suerte que valiera su soñar?

Suéñeme, pues, cataclismo, sueñe golpe largo y sed,
Sueñe todos los abismos que de otra vida no sé.

Sueñe lo que hago y no digo, sueñe en plena libertad,
Sueñe que hay días en que vivo, sueñe lo que hay que callar.


Sueñe la talla del día, -del día del que fui y del que soy-
Que el de mañana alma mí lo tengo soñado hoy.”