sábado, 27 de octubre de 2012

Otros Verdes

Quizás porque en estos precisos momentos me encuentro en un lugar donde el verde casi no existe, es que viene a mi memoria mi encuentro con la enorme Mata Atlántica, esa jungla costera que corre por el sur de Brasil paralela al Mato Grosso y uniendo la selva misionera con el Amazonas. 
La conocí viajando desde Sao Paulo a Santos y se me presentó de improviso luego de un recodo del camino cuando sin mediar aviso el verde pareció devorarse la carretera. Pero eran otros verdes, distintos a los de las Araucarias del sur de Chile o de los casi fluorescentes helechos que se esconden en las profundidades de la Patagonia. 
En medio de este verde tan distinto de tanto en tanto se abrían paso hilos de platas tejidos por las “cachoeiras” o cáscadas que descienden desde las montañas, y la lejana vista de las blancas arenas del Atlántico transformaba la visión en un paraíso. 
Pero el camino guardaba otras sorpresas menos gratas, y así fueron apareciendo los gigantescos parques industriales y las contaminadas aguas que anteceden la llegada al enorme puerto de Santos. De ahí en adelante el verde deberá alternarse con el gris de las fábricas y más allá con los neones de los resort que dominan la costa Paulista. 
Al parecer tan sólo esos lugares donde el verde casi no existe son aquellos que aún permanecen un tanto incólumes.

jueves, 25 de octubre de 2012

Verde Mar

Cuatro gigantes gobernaban las angostas tierras del fin de mundo; la noble Palma en los fértiles valles del pikun; la madre Araucaria en el escarpados donde volcanes y lagos se unen; el anciano Alerce en las impenetrables selvas del willi mapu, y el poderoso Ciprés en el salvaje reino de los hielos y el viento inclemente. 

Pero la noble Palma fue arrancada para construir ciudades, caminos y campos cultivables; el anciano Alerce fue talado en busca de su preciosa carne; y el poderoso Ciprés fue entregado al fuego para entregar sus dominios a los señores ovejeros. 

Por un instante la madre Araucaria pareció estar a salvo. Las laderas de las montes no son buen lugar para cultivar granos o apacentar ganado, y su madera, si bien noble, no es tan preciada como la de sus hermanos.  

Eso fue hasta que el hombre decidió colonizar los montes con árboles esclavizados traídos desde otras tierras, eucalipto y pino oregon. Entonces las madre Araucaria vio como los suyos eran derribados para ceder su porción de suelo a estos pobres extranjeros condenados desde antes de nacer a convertirse en papel y astillas. 

Hoy se refugia en lo alto de Nahuelbuta, ayudada por Robles y Coigues, mientras contempla con dolor y ternura como sus hijos lafkenches luchan por devolver a los montes su verde mar.

sábado, 20 de octubre de 2012

Profundidad Rural (Republicación del 20/07/90)

Fue parado frente a esta carretela tirada por bueyes que algo me indicó que acababa de abandonar, al menos por algunos días, la vorágine de la vida citadina para sumergirme por completo en la inquietante quietud de la naturaleza profunda y el mundo rural. Ese algo no fue lo autóctono del cuadro presenciado, no fueron los silbidos de las aves en la cercana floresta, no fue tampoco el encontrarme a unas seis horas de marcha del poblado más cercano, fue sencillamente la sonora alarma de mi teléfono móvil indicándome la total y completa ausencia de señal.
Hace algunos años en una reunión social conversando con uno de esos conocidos ocasionales con los que se puede entablar una entretenida charla pero que horas después ni siquiera se recuerda su nombre, este me comentó acerca de sus magníficas vacaciones en las profundidades de la Patagonia. Como es lógico pensar de inmediato me imaginé una tienda de campaña sacudida por el viento junto a una fogata humeante a los pies de un glaciar milenario. A los pocos minutos de conversación me di cuenta que en lugar de la sacrificada carpa se trató de una suerte de yurt mongol de treinta metros cuadrados dotado de piso alfombrado con calefacción centralizada, cama king size, televisión y teléfono satelital. No critico a quienes optan por el contacto con la naturaleza con las comodidades de un hotel cinco estrellas pero no me interesa llevar mi sala de estar o el escritorio de mi oficina al lugar donde supuestamente viajo a desconectarme del cotidiano vivir, pero aún así sin proponérmelo me he terminado contradiciendo.
De cara a las vacaciones estivales de este año opté por contratar el servicio de navegación por internet para mi teléfono móvil, la idea era poder revisar algunos correos electrónicos y consultar alguna información en la web que me fuera útil en mi plan de viaje. Sin darme cuenta me encontré revisando mis estados de cuenta bancarios, examinando la actualidad noticiosa y al visitar mi página de facebook enterándome del diario acontecer en mi trabajo. No fue hasta que parado frente a esa carretela de bueyes y tras darme cuenta que no contaba con señal de telefonía móvil finalmente me “desconecté” por completo.
El comienzo fue casi traumático, por sobre todo porque me vi obligado a esperar. Mi conjugación habitual del verbo esperar consiste en aguardar el paso del autobús número 307 que me lleva a mi lugar de trabajo y que sagradamente pasa cada quince minutos; en aguardar el fin de mi jornada laboral que siempre ocurre a las 21 horas; en aguardar la llegada de mi pedido de comida a domicilio que de acuerdo a lo publicitado debe ser antes de treinta minutos o sino es gratuita. En resumen todas mis cotidianas esperas no son más que parte de una adecuada programación que suele cumplirse al pie de la letra.
Inmerso en medio de la profundidad de la campiña me vi obligado a esperar llegar al final de un intricado camino sin poder consultar las vistas satelitales provistas por Google Maps; a esperar el fin de la lluvia sin poder consultar ningún informe meteorológico; a esperar el hervor del agua calentada por el fuego sin poder apurarlo con la programación de un micro hondas; a esperar el paso de un bus rural que cumple con su recorrido a “alguna” hora del día. Esas esperas son las que ayudan a calmar las pulsaciones, aquietadas por el murmullo de los árboles, y a clarificar la mente, libre de las programaciones cotidianas, por lo mismo esas esperas nos permiten alcanzar un renovado rendimiento físico y una sorprendente profundidad de pensamiento.
Espero haber aprendido la lección y para la próxima vez no sólo mantendré apagado mi móvil sino que en una de esas quizás incluso me despojo de mi amado y fiel reloj de pulsera.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Atardecer en San Juan de Dios

Lo único malo de contemplar un atardecer junto al mar es que te pierdes el espectáculo que transcurre detrás de ti.
Muchas veces la belleza se nos cuela por la espalda.

sábado, 13 de octubre de 2012

Subercasoux

En Chile existe cierta aristocracia que poco tiene que ver con méritos o el dinero que se tenga sino más bien con el apellido que se lleva. Para poder clasificar en este selecto grupo usted debe reunir los siguientes requisitos: 
Primero - Su apellido debe ser llevado también por algún palacio emplazado a lo sumo a principios del siglo XX en el casco fundacional de Santiago; eso demostrará que es una fortuna con tradición y poco importa si hace décadas que dicho inmueble fue vendido a algún tercero y hoy funciona como centro de eventos. Nada de mansiones en el barrio alto, eso es de nuevos ricos. 
Segundo – Su apellido debe ser llevado también por alguna vitivinícola; eso demostrará que por lo menos hasta la reforma agraria su familia perteneció a una casta de terratenientes. 
Tercero – Su apellido debe ser llevado por algún personaje que aparezca en los libros de historia. En este ítem se privilegian los ex presidentes, no importa lo mal que lo hayan hecho, y los artistas, mientras más incomprendidos mejor. 
Cuarto – Por nada, pero por nada del mundo su apellido se encontrará vinculado al negocio del retail. Aunque inmensamente exitosos, eso queda para los inmigrantes llegados después de la Segunda Guerra Mundial. 

Bonus track personales 
-Si su apellido también ha sido llevado por algún alto prelado de la iglesia católica (lo que no sería raro) hágase de amigos entre la comunidad gay, no sea cosa que lo acusen de retrograda. Un verdadero aristócrata siempre es un vanguardista. 
-Un buen apellido debe ser complementado por un buen nombre. En este sentido prefiera los cuatrisílabos, Federico o Isidora son ideales. Si no es el caso usé sus dos nombre compuestos y en el caso de las féminas se recomienda que el primero sea María. 

 Si cumple con todos estos requisitos no intente aumentar sus virtudes y despreocúpese de sus defectos, está destinado a ser invitado constante de cuanto evento social exista en el país. Si no los cumple construya una casona de estilo minimalista y plante unas cuantas vides, si tiene suerte sus bisnietos podrán preciarse de aristócratas.

jueves, 11 de octubre de 2012

Doña Eduarda


-Hola, le puedo tomar una foto?
     -Si compra algo puede tomar las fotos que quiera, si no deje una propina

-Como se llama?
     -Eduarda

-Y vive sola acá?
     -Como se le ocurre que voy a vivir sola en estas lejanías, el resto de la familia anda cuidando los animales

-Y como le va con sus tejidos?
     -Siempre viene anda harto gringo por estos lados que compra algún recuerdo

-Como lo hace cuando tiene que ir al médico, o hacer un trámite?
     -A alguien le pido que me tire hasta San Pedro

-Es muy duro vivir en Machuca?
     -Hay que aguantarse los fríos en la mañana nada más

-Y vive con su esposo o con sus hijos?
     -Ya no pregunte tanto, ya ha tomado demasiadas fotos por la propina que dejó.

-Ok, buenas tardes que le vaya bien

Ni que modelos, ni que artistas, los comuneros del altiplano si que saben cuánto cuesta su imagen.

sábado, 6 de octubre de 2012

Drexler

En el contexto de la actual música de raíz latinoamericana, si tuviera que definir en una palabra a Pedro Aznar esta sería virtuoso, a Manuel García comprometido, a Kevin Johansen ecléctico y a Jorge Drexler cercano. 
La historia de Drexler difiere radicalmente de la del campesino que con su guitarra y voz logra conquistar el alma de un pueblo. Acá se trata de un letrado otorrinolaringólogo de origen judío y clase pudiente que un día decidió comenzar a volcar en su guitarra las situaciones más simples y cotidianas, y es quizás este uno de sus mayores activos en el escenario pues a través de la música y la conversación el uruguayo es capaz de transportar a sus escuchas a esa caminata junto al mar, a esa conversación de bar o a esa pena de amor donde nacieron sus canciones. 
Esa cercana sencillez también se refleja en su lírica simple, directa y sin encriptados mensajes. Y si de sus letras se trata me quedo por sobre todo con algunas frases: 
“Ya está en el aire girando mi moneda… y que sea lo que sea”.

jueves, 4 de octubre de 2012

Indomitus

Quizás desconozcan que la lana de Vicuña es una de las fibras naturales más valiosas del mundo con un costo que puede alcanzar los U$ 1.000 por kilo, e incluso cuadriplicando esta cifra en prendas elaboradas. Las razones son sencillas: sus grosor es un 40% más delgado que la cachemira asiática, los animales solo pueden ser esquilados cada dos años, solo viven sobre los 3.500 msnm y por sobre todo nunca han podido ser domesticados. 
Para efectuar la esquila las vicuñas deben ser atrapadas cuidadosamente con redes porque en el caso de verse acorraladas o encerradas se abalanzan cual kamikazes contra rocas o cercos hasta romperse la cerviz. 
Algunos señalan que esto se debe a la extrema timidez del animal, yo en cambio creo que tanto en el mundo animal como entre los seres humanos hay espíritus absolutamente indómitos.