martes, 19 de mayo de 2009

Reinventado

En 1997 luego de un siglo y medio de faena llegó a su fin la explotación de las minas de carbón en la ciudad de Lota. Al cabo de algunos años piques mineros como el famoso Chiflón del Diablo se convirtieron en destacados atractivos turísticos y los mismos mineros que trabajaron allí toda su vida continuaron internándose en las profundidades de la tierra ahora como guías de visitantes ávidos de conocer la vida Subterra.
Pocos meses atrás el protagonista de esta fotografía me guió por los intrincados laberintos subterráneos del novelístico Chiflón del Diablo. La interesante experiencia allí vivida sería bastante larga de relatar pero me remitiré a los comentarios de este ex minero respecto a las interminables jornadas de trabajo de más de doce horas, la imposibilidad de calentar alimentos o líquidos pese al frío imperante por temor a provocar una explosión de gas, el como niños de ocho años eran iniciados en las faenas mineras, los constantes accidentes fatales y el como buena parte de los mineros desarrollaba enfermedades crónicas como artritis o silicosis. Todo lo visto y oído en aquel lugar me pareció más cercano a una forma moderna de esclavitud que a una actividad productiva, pero este hombre parecía añorar con melancolía sus años horadando la tierra prefiriendo mil veces esa dura forma de vida antes que vivir dependiendo del caprichoso flujo de turistas y curiosos.
La reconversión laboral ha sido dificil para estos rudos hombres, pero para bien o para mal la reconversión o más aún la propia reinvención es una constante y casi una necesidad en los tiempos modernos.
Cuantos de nosotros hemos estudiado una carrera por vocación y hemos terminado haciendo algo completamente distinto, cuantas veces los cambio de trabajo han implicado también un cambio radical en nuestra forma de mi vida. Entre mis colegas directos cuento un ex estudiante de arquitectura, un ex estudiante de psicología, un ex miembro de las fuerzas armadas y un contador, todos ellos ahora dedicados a la atención de público.
La reinvención marca la posiblidad de adaptarnos al siempre caprichoso y cambiante mercado laboral, pero también marca la posibilidad de irnos superando, de continuar creciendo, de no rendirnos ante las circunstancias, de ser capaces de seguir adelante más allá de las visicitudes de tal o cual crisis personal, laboral o económica.
La reinvención es lo que nos permite no anclarnos al pasado ni conformarnos con nuestro presente sino continuar mirando al futuro y aunque encuentro de pésimo gusto vivir citando frases ajenas en esta ocasión se justifica parafrasear las palabras del poeta Nicanor Parra : "...Yo levanto mi copa por el día que vendrá,... que es lo único de lo que realmente disponemos".

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