lunes, 29 de abril de 2013

Luces en la Niebla (HDR)

Una de las técnicas más popularizadas en la fotografía digital es la del HDR (High Dinamic Range), que consiste básicamente en obtener toda la información disponible en una o varias imágenes. 
Trataré de explicarla brevemente: Las imágenes se conforman por la mezcla de luces y sombras, la cantidad de cada una de estas dependerá de cuánto tiempo el lente esté abierto tal como ocurre con el ojo humano. Cuando vemos una imagen justo al mediodía un día soleado achicamos los ojos y pestañeamos rápidamente para minimizar el ingreso de luz al iris, por el contrario cuando observamos algo una noche oscura abrimos los más que podemos los ojos y pestañeamos muy lentamente para aprovechar toda la luz disponible. 
Un lente abierto por un tiempo más bien corto (recuerden que esto se mide en fracciones de segundo) captará una imagen más oscura, corriendo el riesgo de que lo tonos negros se empasten osea que no contengan ninguna información. Si el lente se abre por un tiempo más prolongado captará una imagen más clara, corriendo el riesgo de que los tonos blancos se quemen y tampoco aporten información. 
Además una cámara fotográfica digital maneja un limitado número de tonos grises, en otras palabras si la cámara maneja por ejemplo 256 grises entre el negro más profundo y el blanco más claro en la imagen van a haber 256 variaciones. Entonces si tomamos una fotografía oscura estos 256 tonos se van a mover dentro de la “oscuridad” de la imagen, en tanto si tomamos una imagen más bien clara los mismos 256 tonos se van a mover dentro de la “luminosidad” de la imagen. 
La técnica del HDR permite, a través de programas de edición como Photoshop, mezclar tomas oscuras y luminosas ampliando el rango de tonos a mucho más de 256 variaciones mostrando el máximo de información posible en la imagen. 
El único requisito es que las distintas imágenes deben ser absolutamente idénticas, para ello lo usual es usar un trípode con el que se toman distintas capturas con diferentes aperturas de lente una detrás de la otra. En el caso de la imagen que encabeza el post se usaron tres disparos, el primero con el lente abierto una décima de segundo, luego medio segundo y finalmente un segundo. Estas fotos aunque idénticas en la forma variaban de más a menos oscuras y posteriormente se mezclaron y combinaron con Photoshop en una sola donde se rescató la totalidad de tonos presentes. 

 Haciendo una analogía con el diario vivir a veces vale la pena mirar variar veces y con distintas luces una situación para extraer la mayor información posible de ella.

sábado, 27 de abril de 2013

Isla de los Muertos

¿Cuántos leñadores habrán tenido igual fin? Una cruz perdida en medio de los fiordos patagónicos devorada por la selva austral, emparentados con los pirquineros que yacen con bajo una cruz en medio del desierto de Atacama, con los arrieros perdidos en lo alto de Los Andes o con los pescadores recordados solo por un ramo de flores arrojado al Pacífico. 
Pero quizás volver en paz a la tierra, ser devorado por la naturaleza hasta hacerte parte de ella, es un mejor descanso que permanecer atrapado en una prisión de mármol y bronce.

jueves, 25 de abril de 2013

Escalas

Cuando eres un niño de corta edad una larga escalera es un desafío que permite demostrar que no eres tan pequeño. Cuando eres un anciano de avanzada edad una larga escalera es un desafío que permite demostrar que no estás tan viejo. 
Parece que solo a los adultos nos incomodan los desafíos.

martes, 23 de abril de 2013

City Sunset

Es cierto, las moles de hormigón y cristal que hemos levantado en las últimas décadas son invasivas, poco armónicas con el entorno, mal planificadas en lo urbanísticos, poco amigables con el medio ambiente, y un largo etcétera de puntos en contra. Pero no nos engañemos, la mayoría de las maravillas arquitectónicas de la humanidad partieron de la misma forma y en ningún caso fueron concebidas como obras de arte. 
En la antigüedad las pirámides egipcias y aztecas, el Partenón ateniense o los jardines colgantes de Babilonia fueron alzados como símbolos de poder y supremacía con una fuerte megalomanía y en algunos casos como una forma de demostrar trascendencia incluso sobre la muerte. Para la construcción de todos estos se esclavizó y torturó sin consideraciones a miles de personas que desde sus tumbas se deben preguntar porque nos interesa conocer esos lugares. 
Los castillos medievales que repletan el valle del Loira, las highlands escocesas o el curso del Danubio, no fueron pensados como escenografías para los cuentos de Disney. Muy por el contrario estas fortalezas eran símbolos de un opresor poder militar y debieron haber sido el lugar más tétrico en el que alguien de su época haya podido estar. 
Continuemos, para construir La Sagrada Familia en Barcelona, Notre Dame en París o la Catedral de Köln en Alemania, se desplazaron barrios enteros y se cargó con tributos a la masa de desprotegidos, no para darles un lugar donde congregarse sino para alzar un símbolo del ominoso poder de la iglesia. 
El Chrysler building, las torres Petronas o la torre Gran Santiago no son meros gigantescos edificios de oficinas sino que son demostraciones de quienes tienen el poder en un mundo marcado por el mercado de capitales, y como todo poder prácticamente absoluto este suele ser arrogante y autocomplaciente. 
Veámosle el lado positivo, cuando los símbolos del poder tomen otra forma, quizás para nuestros bisnietos, nuestros núcleos empresariales sean un interesante lugar donde contemplar un atardecer y llevarse una fotografía de recuerdo.

domingo, 21 de abril de 2013

La Portada

Nadie desconoce que el Monumento Natural La Portada es uno de los íconos turísticos y paisajísticos de nuestro país y en especial de la región de Antofagasta. Nadie lo desconoce menos quizás los antofagastinos.
Convengamos que la gran mayoría de quienes viajan a la capital nortina lo hacen por razones laborales usualmente ligadas a la minería y el turismo es una fuente de ingresos de segundo orden para la ciudad. Pero en lo que respecta al flujo turístico la gran mayoría corresponde al viajero de largo aliento, me refiero a aquel “gringo” que dedica al menos dos meses a recorrer Sudamérica y por sobre todo sus tres imperdibles: el Amazonas, la Patagonia y el desierto de Atacama. Así la mayoría de quienes recalan en la ciudad transitan desde San Pedro de Atacama hacia las playas de Iquique o hacia la magia del Valle del Elqui.
La falta de vocación turística se nota al llegar a un aeropuerto con escasez de transfer o un terminal de buses emplazado en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad del que necesariamente hay que salir en taxis que cobren cuatro veces la tarifa habitual en nuestro país. Continuamos con una oferta hotelera escaza en hostales y hoteles boutique enfocada casi en exclusiva a hoteles de negocio. Sumemos finalmente un down town entregado por completo a los negocios vinculados al comercio sexual.
Pero volviendo a lo que nos convoca el verdadero desafío es conocer La Portada. Primero en una ciudad repleta de inmigrantes, nacionales y extranjeros, son poco los que pueden dar una respuesta exacta de cómo llegar al Monumento Natural, ni siquiera en los hoteles en donde la mayoría de los recepcionistas son recién llegados que están a la espera de que les resulte algún trabajo en alguna compañía minera. Cuando alguien finalmente puede instruirte te das cuenta que debes tomar un incómodo bus que sale cada media hora desde un terminal difícil de encontrar y que ni siquiera te lleva a La Portada sino que te deja a dos kilómetros del macizo costero.
Al llegar al lugar, por sobre todo al atardecer, las formas y los colores te cautivan pero te das cuenta que no hay ningún lugar donde comprar al menos un refresco. Luego al momento de regresar o esperas un aventón o recorres nuevamente esos dos kilómetros para descubrir que se viene la noche y te encuentras de lleno en el patio trasero de la ciudad en donde la sensación de inseguridad es una constante hasta que algún bus te lleve de regreso al centro.
Quizás en una urbe de trasplantados es difícil que sus habitantes logren enamorarse de ella.

sábado, 20 de abril de 2013

Ubiergo, el Tiempo en las Bastillas y Los 80

Es fácil entender porque los productores de la serie de televisión “Los 80” eligieron a “El Tiempo en las Bastillas” de Fernando Ubiergo como su canción emblemática. Y es que la composición del cantautor viñamarino se convirtió en un ícono de la década en cuestión luego de su participación en el fetival de la canción más importante del país. 
Quizás como una forma de marcar una diferencia entre las distintas temporadas también los productores decidieron que la canción fuera interpretada por distintos músicos en cada entrega anual, y aquí si que se genera un problema porque usualmente los cover tienden a hacer que las canciones pierdan su sentimiento original. De hecho los mejores cover que he escuchado: “Easy” de The Commodore en la versión de Faith No More y “A Primera Vista” de Chico Cesar en la versión de Pedro Aznar, son tan buenos simplemente porque se interpretaron exactamente igual que los originales. 
En la primera temporada de Los 80 se le encargo a la banda Difuntos Correa interpretar El Tiempo en las Bastillas, y estuvo bien como humorada. Su versión se asemeja a la de cualquier banda adolescente que decide tocar con batería y guitarras eléctricas algún tema originalmente acústico, pero su mayor falla es que convirtieron una canción que habla de la melancolía, reflejada en la arena que queda atrapada en las bastillas de los pantalones, en un tema alegre. En lugar de nostalgia por tiempos idos la canción perecía hablar del recuerdo de viejos travesuras. 
Para la segunda temporada se usó la versión de Francisca Valenzuela y con sus arreglos la canción tomo una a ratos insoportable tono hipster además de plagiar casi todos los acordes usados en Penny Lane de The Beatles. Aquí esta original trova a la simple melancolía se convirtió en una vanguardista y sofisticada composición de arreglos demasiado complejos para lo que su letra quería expresar. 
Ya en la tercera temporada el turno fue de Los Mox, banda emblemática del punk nacional. Pero lo cierto es que Ramones solo hay unos, y al final todos los arreglos punk rock terminan llevándonos a ellos. El resultado fue muy similar a los que ocurre cuando Ataque 77 versiona algún clásico del pop argentino: entretenido pero intrascendente. 
Aldo “Macha” Ajenjo tuvo por misión versionar en la cuarta temporada y decidió hacerlo en clave del más sentido bolero, ese que se interpreta al interior de alguna cantina acompañado por un vaso de vino. Si bien es una de las mejores versiones lo que le juega en contra es su exceso de dramatismo llevando la canción de la quieta melancolía al dolor desgarrador. 
Hace un año Camila Moreno dio forma a la versión de la quinta temporada, a todas luces la menos lograda. Quizás porque Moreno está demasiado asociada a música de corte contestaría, ese es el terreno donde se mueve bien, pero al interpretar una canción menos ideológica pareciera verse privada de todo su valor agregado. 
Es de esperar que en esta sexta y al parecer última temporada los productores de la serie hagan lo que siempre debieron hacer: dejarnos disfrutar de la canción en la versión de su autor.

miércoles, 17 de abril de 2013

Niña de Amantani (Republicación del 15/05/09)


No sé su nombre, tampoco qué estará haciendo en estos momentos o si seguirá viviendo en la lejana isla donde tomé esta fotografía, solo sé bien que hasta el día de hoy me cautiva esa enigmática sonrisa que apareció tan solo al decirle "¿te puedo tomar una foto?".
Fue en Febrero de 2008 que con mi hijo decidimos viajar a conocer el Lago Titicaca, maravilla natural enclavada en pleno altiplano andino compartida por Perú y Bolivia. Inicialmente buscaba conocer los restos de las civilizaciones inca y tiwanakota existentes en el lugar, por sobre todo en la Isla del Sol, en el costado boliviano del lago, lugar que sería el punto culminé del viaje. En este ir y venir fue que arrivamos luego de un par de horas de navegación desde la ciudad puerto de Puno a la isla de Amantani, la más grande del Lago Titicaca peruano, hasta entonces un lugar del que solo había leído algunos relatos vagos en una que otra pagina de internet.
Llegamos en compañía de un grupo de turistas, en su mayoría europeos, y fuimos recibidos en el embarcadero de la isla por una delegación de su comunidad. En Amantani no existen hoteles, tampoco restaurantes, así que los visitantes son hospedados por los mismos comuneros de origen quechúa en sus humildes casa hechas en su mayoría de adobe, esto aparentemente brinda la oportunidad única de compartir un día en la típica vida de los amantaninos pero como estos son extremadamente tímidos y reservados las conversaciones no son muy profusas y él día de permanencia en la isla se encuentra cargado de actividades organizadas para los turistas por la comunidad, tales como ver el atardecer desde los alto del monte Llacastiti donde se encuentra un altar a Pachatata, deidad masculina de la tierra, o participar de una colorida fiesta folklórica en la sede comunitaria.
No fue hasta nuestro segundo día en la isla, a la hora del desayuno previo a partir de regreso al embarcadero para continuar viaje rumbo a la vecina isla de Taquile, que me dí cuenta que la casa en la que habíamos alojado era habitada por una numerosa familia y no tan solo por Jacqueline, la comunera que había oficiado de anfitriona. Además de ella vivía allí su anciano padre, su esposo, un par de mujeres más y un grupo de infantes, entre ellos la pequeña de la fotografia.
Ha pasado más de un año desde aquello y cada vez que observo esta foto me cuestiono el no haber conversado más con ellos, el no haber sabido quienes eran en realidad, el no haber preguntado sus nombres. Cuantas personas se nos cruzan a diario, y en algunos casos en forma constante, en nuestro camino y no sabemos nada de ellas, el chofer del taxi colectivo que tomamos cada mañana, la cajera del autoservicio donde compramos el cappuccino al medio día, los profesores de nuestros hijos, la secretaria de la consulta médica y un sin fin de gentes que siempre están allí, cuyos rostros forman parte de nuestras vivencias, pero de las cuales sencillamente no sabemos nada, ni siquiera como se llaman.
Esta foto me recuerda cada día al menos averiguar el nombre de quienes se cruzan en mi camino. No hay nada más agradable que el que alguien se dirija a nosotros por nuestro nombre, es el primer elemento que nos identifica y una de las cosas que nos hace únicos e irrepetibles.
En mi trabajo llevó una placa con mi nombre escrito y es en extremo placentero cuando algún cliente me dice "Luis puede usted ayudarme...", en lugar de un distante "señor" o "caballero".
Espero algún día regresar a Puno en el altiplano andino, navegar dos horas por el Lago Titicaca hasta llegar al embarcadero de Sancayuni en la isla de Amantani, subir por sus sinuosos caminos hasta un conjunto de casas al pie del monte Llacastiti y encontrar nuevamente el hogar de Jacqueline tan solo para preguntarle "¿Cual es el nombre de tu hija?".

lunes, 15 de abril de 2013

Bolsa de Lobos

Los lobos marinos son animales que gustan de cazar su alimento en medio de la corriente y el oleaje, sus peleas tienen que ver con mantener un harem de hembras o poseer la mejor roca para tomar el sol. Los rastrojos dejados por los humanos quedan para la disputa de pelícanos y gaviotas. 
Pero en las zonas donde los recursos marinos son escasos, en especial en aquellas donde la pesca de arrastre ha hecho de las suyas, una manada de lobos marinos está bien dispuesta a matarse por una cubeta de restos de pescado arrojada por algún pescador desde su caleta. 

Últimamente en nuestro país hemos discutido mucho acerca de la distribución de las riquezas, el acceso a la educación, los derechos civiles de los grupos minoritarios, nos hemos dado el sano gusto como sociedad de rechazar proyectos inmobiliarios, productivos y energéticos que atentan contra la estética urbana, las condiciones laborales dignas o el medio ambiente. 
Pero todo lo anterior ¿Se debe a que realmente creemos en ello o tan solo a que en la actualidad nuestro país se precia de tener una cesantía casi inexistente con un creciente ascenso de los ingresos salariales? 
Hace cinco años atrás cuando atravesábamos los momentos más críticos de la última crisis económica mundial todos aplaudimos que se reactivaran las obras de construcción del Mall Costanera Center, el mismo que hoy todos critican, porque generaría al menos diez mil puestos de trabajo. 
En medio de la crisis no nos importaban los malos olores de una planta faenadora de cerdos, los contaminante que pudiera ser una planta termoeléctrica, los invasivo de las torres de alta tensión en la Patagonia o que Barrick Gold destruyera glaciares en busca de oro. Tan solo nos interesaba que alguien, a cualquier costo, generara más puestos de trabajo para que así el nuestro no se viera amenazado por la competencia de desempleados dispuestos a hacer lo mismo por la mitad de nuestro sueldo. 
Como la historia de la economía mundial es cíclica creo que más temprano que tarde se verá que tan convencidos estamos como sociedad de nuestros altruistas principios o si tan solo somos una bolsa de lobos hambrientos en un momentáneo estado de calma.

sábado, 13 de abril de 2013

Transitando Asunción

No sé qué fue lo que me llamó más la atención, quizás su aeropuerto lleno de vendedores ambulantes, quizás el no tener puntos de referencias para alguien siempre acostumbrado a tener Los Andes o el Pacífico a la vista, quizás sus calles adoquinadas, quizás sus vendedores de rolex falsificados en cada esquina, quizás su alocado tráfico, quizás sus antiguos microbuses que en otras latitudes estarían en un museo, quizás sus puestos de venta de chorizos blanco con mandioca, o quizás simplemente el increíble relajo de su gente.
Después de un rato te acostumbras a que todo comienza una hora después de lo acordado, a que lo que en otro lugar te toma dos horas acá te tomará cuatro porque cada quince minutos hay que darse tiempo para tomar un mate, fumar un cigarrillo y conversar de la vida. No sé si los paraguayos sea más eficientes que nosotros, pero sí son más felices.

jueves, 11 de abril de 2013

Mohammed VI

No se trata de Marruecos y las colinas del fondo no son parte de los Montes Atlas. Se trata del Centro Islámico Mohamed VI emplazado sobre uno de los cerros que rodean la bahía de Coquimbo en el litoral de Chile, país donde la penetración alcanza el 0,02% de la población. 
En una ciudad donde los musulmanes profesantes estadísticamente no deberían superar la docena de personas la presencia de esta mezquita califica más como un curioso atractivo turístico que un símbolo de fe.

martes, 9 de abril de 2013

El Arte del Envaralado

Construir sin destruir, abrirse camino entre la selva austral sin deforestar, hacerse parte de la naturaleza y no un enemigo de esta, todo ello definitivamente es un arte.

El envaralado consiste en la técnica chilota de construir caminos usando largas varas de madera puestas sobre pilotes. En el caso de Caleta Tortel todo el pueblo se encuentra comunicado por esta vía reduciendo al mínimo la cantidad de selva nativa que debió ser talada.

domingo, 7 de abril de 2013

Desenredadera

Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. Parece un cliché, algunos incluso consideran este proverbio algo sexista, pero es la verdad pura. 
Cada madrugada la Caleta Portales se llena de hombres rudos dispuestos a desafiar el oleaje para tirar sus redes mar adentro. Son casi el arquetipo del macho proveedor que deja a la mujer en casa mientras sale a cazar su mamut. Pero que sería de estos titanes sin una mujer que le desenredara las redes una vez finalizada la jornada. 
Es cierto que en nombre de una mujer se ha asesinado, se han declarado guerras y se han dilapidado fortunas, pero a la hora del balance también por una mujer es mucho mayor el número de vidas salvadas, muertes evitadas y fortunas rescatadas. Y es que el sexo femenino tiene esa habilidad de desenredar nuestros conflictos, quizás gracias a su instinto maternal es que les resulta innato traer sosiego. 
Cuantas deseos de venganza se han aquietado en una caricia, cuantas ganas de rendirse se han transformado en energías nuevas luego de un profunda mirada, cuanta confusión se disipa en un abrazo. 
Ahora que lo pienso quizás sea bueno regresar a puerto y ver que alguien desenrede mis redes.

viernes, 5 de abril de 2013

Estatua Humana

La dinámica es sencilla: te disfrazas de cualquier personaje que se vea bien pintado de metal, permaneces estático el tiempo que sea necesario hasta que alguien lanza una moneda en tu tarro; en ese instantes y por algunos segundos realizas simpáticos movimientos para luego volver a tú perfecta inmovilidad a la espera de la próxima moneda. 
En realidad no es muy distinto a lo que hacemos todos.

miércoles, 3 de abril de 2013

Altos de Socaire

Por sobre los 4.000 msnm el bajísimo porcentaje de humedad ambiental permite que nuestra visión aumente su alcance en un centenar de kilómetros sencillamente porque no hay diminúsculas gotas de agua que se interpongan en su camino. También la ausencia de estas gotas permite el ingreso directo de los rayos de sol, ósea más luz, lo que hace que apreciemos los colores en toda su plenitud. 
No es una exageración sino un hecho científico que en la meseta del Tibet, los altos del Pamir o el altiplano andino sus habitantes ven las cosas muy distintas a como las vemos nosotros. Su horizonte es mucho más lejano y están acostumbrados a matices de colores que el resto ni siquiera conocemos. 
Supongo que nuestro horizonte cegado por una red de edificios de altura o nuestros trayectos que se limitan a alcanzar la siguiente estación del metro nos han hecho olvidar los procesos, el largo plazo, y nos han vuelto esclavos de la inmediatez olvidando que la vida suele dar muchas vueltas. De igual forma los grises predominantes en la gran ciudad nos han acostumbrado a ver todo en blanco y negro, en términos absolutos, éxito o fracaso, ignorando que siempre todo está cargado de matices. 
Entonces para un campesino de los altos de Socaire el mundo es distinto porque puede ver lo lejano que está el horizonte, puede notar que hay agua en medio de los salares, que hay planicies más allá de los acantilados que obstruyen los caminos; que el azul, el verde y el rojo se funden en una multiplicidad de variables. Que el camino es largo y cargado de matices.

lunes, 1 de abril de 2013

Los Tr3s

Los Tr3s originalmente era dos, Henriquez y Lindl, pero después pasaros a ser seis y se llamaron los “Dick Stones”, finalmente de los otros cuatro uno permaneció, Molina, para ser conocido definitivamente como Los Tr3s, aunque en ese preciso momento un cuarto se les une, Parra. 
Así Los Tr3s, que en realidad eran cuatro, durante años diez lanzaron discos ocho, hasta que finalmente un lío de faldas de dos de Los Tr3s terminó por separalos. 
Seis años pasaron. En esos uno de Los Tr3s trato de actuar como uno mientras otros dos trataron de actuar como dúo, y aunque les fue bien la verdadera magia estaba en Los Tr3s que en realidad eran cuatro.
Finalmente tres de Los Tr3s entraron en razón de que funcionaban mejor como Los Tr3s y decidieron reunirse. Desde entonces y hasta ahora los tres han vuelto a ser Los Tr3s.