sábado, 31 de enero de 2015

Perspectiva

Lo cierto es que no basta que algo sea grandioso, se necesita algo menos espectacular que lo ponga en perspectiva. La inmensidad de un lago, lo imponente de una cascada, la vastedad del desierto, todo ello solo se puede apreciar si lo ponemos en perspectiva. 
En fotografía solemos usar el elemento humano; una persona de pie al lado de un monumento o un salto de agua nos ayuda a comprender la real dimensión del elemento central. Supongo que en otras aéreas esto también ocurre. 
La lamentable bajeza de algunas personas nos hace notar la grandeza de otras, los malos amores nos ayuda a valorar los buenos, los buenos lideres ponen en evidencia a los malos, y así. Entonces nada en si es grande o pequeño, es solo cosa de perspectivas.

Cara Pintada


Hay algunas actividades que parecieran estar de alguna forma en el ADN humano. En todas las culturas está presente el canto, la danza, los tatuajes y pintarse el cuerpo. 
Pero más allá de los análisis antropológicos siempre resultará curioso caminar por una playa y encontrar a un hombre absolutamente desnudo con su cara pintada de azul. 
Con los años he aprendido que la locura o se acepta o se rechaza pero definitivamente no se le analiza.

jueves, 29 de enero de 2015

Maizal

Vivimos en un mundo adorador del trigo. Hay versos sobre el trigo y los trigales, hay canciones inspiradas en ellos (Field of Gold de Sting por mencionar una), hay célebres imágenes que transcurren en un trigal (como el inicio de la película Gladiador), e incluso la palabra espiga suena poética. 
Pero yo me declaro un defensor del maíz. Primero porque es el más auténticamente latinoamericano de todos los cereales, con el perdón de los amantes de la quínoa; no necesitas procesarlo como harina o aceite para poder consumirlo, o alguno de ustedes se ve a si mismo comiendo trigo con mantequilla; está presente en nuestras mejores recetas; y por último y la más importante: No hay nada como jugar a las escondidas en medio de un maizal, correr juntos a tus primos en medios de las mazorcas que pasan varios centímetros sobre tu cabeza, camuflarte entre las hojas para que tu madre no te encuentre y así poder eternizar el juego, tratar de encontrar en medio de ese laberinto verde a la chica que hace suspirar tu corazón de ocho años, escoger la mazorca que tu abuela convertirá en tu propia, única y especial humita… 
Lo reconozco, quizás mi predilección por el maíz también tiene que ver con mis recuerdos.

domingo, 25 de enero de 2015

Los Colores de Caminito

Usualmente Buenos Aires es visitado cuando se da la ocasión de ser visitado, entonces lo haces un fin de semana, y de preferencia un fin de semana largo. 
Al desembarcar en Ezeisa o Aeroparque te das cuenta que la mitad de quienes pensaron tomar una escapada en Sudamérica se encuentran también allí, pero más allá de la eventual dificultad para conseguir un transfer al centro de la ciudad el asunto no te complica. 
Entonces haces lo que usualmente haces al estar en Baires. Siguiendo las instrucciones de googlemaps te vas a la calle Santa Fe y te sumerges en el hojeo de un millar de libros en los cómodos palcos de la librería El Ateneo mientras pruebas esa deliciosa limonada con menta y jengibre. Luego transitas por Corrientes maravillándote de que la caja de cigarrillos cueste menos de un dólar hasta llegar al Obelisco para descubrir que es prácticamente imposible hacer que entre en el enfoque de tu cámara a menos que tengas un gran angular. 
Hacia el atardecer intentas cruzar el Puente de la Mujer hasta llegar a los restaurantes de la costanera de Puerto Madero y te sorprende que los argentinos en la preparación de pastas sean aún más hábiles que en la de carnes, y que el festín que degustas mientras se pone el sol sobre los muelles del Río de la Plata no te salga la fortuna que de seguro valdría en Santiago o Sao Paulo. 
La noche la inicias en la Plaza Cortázar de Palermo y allí te vuelves a encontrar con todos lo que estaban esa mañana en Eseiza así que buscas algún bar tranquilo donde sumergirte en los placeres de la provoletta y el fernet. 
A primera hora de la mañana siguiente entiendes que con la tremenda resaca que traes es imposible visitar el mercado de San Telmo, el cementerio de La Recoleta y La Boca un mismo días. Así que luego de tomar un café con unas medialunas partes al último destino quizás por ser el más representativo de todos. 
Veinte minutos de conversación con un taxista argentino da para escribir varios libros. En eso piensas mientras enfrentas la entrada a Caminito, entrada donde están todos, absolutamente todos quellos que el día anterior deambulaban por Ezeisa y Palermo. Un millar de gentes tratando de visitar a paso calmo una docena de conventillos pintados de vivos colores, al igual que Valparaíso o San Francisco o Lisboa pero concentrado en no más de mil metros cuadrados. 
Al ver ese panorama es fácil entender porque en Machu Pichu o Chichen Itza no dejan entrar a más de dos mil personas diarias, así como en Rapa Nui están evaluando restringir los accesos. 
Diez mil personas, calles adoquinadas y una resaca a cuesta no permiten disfrutar mucho de la visita. En las calles adoquinadas basta andar con cuidado, para las resacas están las aspirinas, pero con los diez mil peleándose por una foto tanguera sólo queda admitir que Buenos Aires es una ciudad genial y que genial sería volver un día de semana.

sábado, 24 de enero de 2015

Mayantú

Mayantú suele ser confundido con un reptil por su cuerpo verde aunque posee rostro de hombre. A pesar de su pequeño tamaño derrotó a la gigantesca anaconda que gobernaba la selva, luego ayudó a derribar la enorme lupuna de cuyas raíces brotó el agua que al inundar el surco dejado en la tierra por la huida de la serpiente dio origen al río Amazonas. 
Por siglos vivió junto a los yaguas enseñándoles a sacar de las cortezas la pintura roja con la que cubrir la piel y así ahuyentar los mosquitos; a hervir las lianas para preparar la cura contra las mordidas de serpientes; y a extraer de las hierbas el veneno en el que untan la punta de sus dardos que disparados hábilmente con sus cerbatanas les proveen del sustento diario. 
Pero un día llegaron hombres que casan lo que no comen, que talan lo que no ocupan y que ensucian lo que no limpian. Desde hace quinientos años que Mayantú se esconde en el interior de la selva y sólo de tanto en tanto conversa con los ancianos yaguas.

martes, 20 de enero de 2015

Monjes de la Pakana

Para algunos son dioses que por voluntad de deidades aún superiores fueron convertidos en rocas de más de quince metros de alto de singulares formas esparcidas a lo largo de un gigantesco valle en lo alto de Los Andes al sur del Licancabur y cerca del salar de Tara. 
Para los geólogos son sólo gigantescos trozos de roca y lava distribuidos a lo largo de cientos de kilómetros cuadrados por una devastadora erupción volcánica que han tomado su forma gracias a la erosión durante milenios de los fuertes vientos cordilleranos. 
Al estar frente a los monjes de la Pakana parece más lógica la explicación de los dioses.

domingo, 18 de enero de 2015

Fin del Camino

Heredé de mi familia una relación bastante conforme con la muerte basada en el pragmático hecho de que la gente nace, vive y muere. Tengo muy vagos recuerdos de algunos de mis padres visitando la tumba de mis abuelos y quizás por lo mismo rara vez voy al cementerio donde está mi viejo. 
Alguna vez descubrí una vieja cruz de madera en medio de una isla en los fiordos de la Patagonia, sin inscripciones, sin nombres, y me pareció el lugar ideal para finalizar el camino.

sábado, 17 de enero de 2015

Ausencia de Ángeles (Republicación del 24/10/09)

En cierta ocasión alguien me comentó que en el presente blog utilizaba las fotografías como un pretexto literario y hoy aquello es más cierto que nunca porque la imagen, que corresponde a la hermosa Iglesia San Marcos de la ciudad de Arica y que como dato general les contaré fue construida por el mismísimo Gustavo Eiffel, es solo un pretexto para profundizar en otra reflexión.
Los últimos días de Agosto recién pasado en esta iglesia se oficio una misa por el descanso de nueve adolescentes alumnas del Colegio Cumbres fallecidas en un accidente de tránsito en la pre cordillera durante un viaje de estudios un año antes.El “Cumbres” es uno de los más exclusivos colegios del sector oriente de la ciudad de Santiago, de fuerte orientación católica y ligado a los Legionarios de Cristo. Sus alumnos pertenecen a familias de un alto nivel socio económico entre las que se cuentan la de poderosos empresarios, renombrados políticos, y algunos de los más destacados abogados, médicos y arquitectos del país, todos ellos usualmente ligados a la derecha política más conservadora y pertenecientes a influyentes grupos religiosos como los mencionados Legionarios o el Opus Dei.
Como parte de su labor misionera cada año los jóvenes que cursan el segundo año de secundaria realizan un viaje de estudios en donde llevan a cabo labores sociales en localidades rurales sumidas en la extrema pobreza. Con esta idea un grupo de jovencitas visitó las comunidades indígenas que habitan la Cordillera de la región de Arica. Ya una vez de regreso el autobús que las transportaba desde las alturas andinas al aeropuerto ariqueño se desbarrancó en una curva del zigzagueante camino dejando un reguero de nueve adolescentes muertas y medio centenar gravemente heridas.
El accidente conmovió por completo a la nación, resultaba estremecedor enterarse de la muerte de unas muchachas con todo el futuro por delante. Inmediatamente los periódicos y la televisión se hicieron cargo de la noticia y el gobierno dispuso de un avión militar que transportara a los familiares al norte del país y que luego retornara los cuerpos de las fallecidas a Santiago.
La atención mediática dada a la tragedia despertó también algunas voces opositoras que argumentaban, creo que con justa razón, que si el accidente lo hubieran protagonizado humildes hijos de trabajadores obreros de seguro no se le hubiera dado tanta cobertura por parte de la prensa. Incluso hubo quienes encontraron cierto grado de “justicia” en lo ocurrido como si aquellos que parecen tenerlo todo debieran necesariamente conocer también lo que es el sufrimiento.
Más allá de las consideraciones de muchos me llamó la atención la forma en que estas familias, como ya señalé profundamente católicas, asumieron la noticia. Más de alguno la consideró casi una penitencia, una suerte de incuestionable voluntad divina contra la cual no cabían los reclamos, un dolor que debía ser manejado con un estoicismo propio de los santos. El mayor consuelo para ellos era saber que ahora sus familias contaban con una hermosa ángel que los cuidaría de ahí en adelante.
Respeto profundamente sus creencias y también la forma de llevar su dolor, pero creo que en ocasiones, en especial como estas, es necesario, es prudente y es entendible quebrarse por completo, derrumbarse, enloquecer, llorar hasta que no queden lágrimas, mostrarse débil, renegar, maldecir, cuestionar y de alguna u otra forma liberar aquel tremendo dolor sin lugar a dudas imposible de describir. Supongo que esa explosión de humanidad es la que nos permite sobrellevar el luto y hacer un necesario y sanador, en la medida de lo posible, duelo.
Si es que existen los ángeles el cielo está lleno de ellos, por eso mismo estas celestiales criaturas son más necesarias en la tierra junto a nosotros cambiando nuestro mundo. Algunos podrán encontrar consuelo con la existencia de nuevos ángeles en las alturas, otros en cambio preferimos lamentar la ausencia de estos ángeles acá en la tierra.

jueves, 15 de enero de 2015

De la Cordillera al Mar

Nunca he sido partidario ni creyente del concepto de la unidad latinoamericana. Es cierto que como bien dijo el Che “somos una sola raza mestiza desde México hasta el Estrecho de Magallanes”, pero a lo largo de los dos siglos transcurridos desde nuestras independencias cada país ha seguido caminos independientes, muchos de ellos irreconciliables con respecto a sus vecinos, que han constituido su identidad como nación. 
Los válidos discursos pro unidad de Bolivar, San Martín y los demás libertadores deben ser entendidos como hechos en una época pre naciones sudamericanas, sin las guerras del Pacífico o del Chaco, y a raíz del ejemplo del norte buscando ser una suerte de Estados Unidos de Sudamérica; sin lugar a dudas ese modelo ya no funcionaría. 
Pero aún así basta ver a orillas del Atlántico los carnavales de Río y Montevideo, o en lo alto del Altiplano las fiestas de Oruro o Puno, o en las costas del Pacífico los pasacalles en Barranquillas o los Mil Tambores de Valparaíso, para ver las mismas danzas, los mismos colores, los mismos rostros, la misma alegría. 
Quizás debamos buscar distintos destinos, pero nada obliga a que esos destinos no sean mancomunados.

lunes, 12 de enero de 2015

La Chascona

Muchas historias se esconden detrás de una foto; promesas hechas en Praga, encuentros furtivos en Paris donde Picasso hizo de celestino, los más hermosos versos nacidos en las noches de Capri, retratos pintados por Diego Rivera, viajes de incógnito por Roma, conversaciones con Salvador Allende y un enorme etcétera que transforma al primero escondido y luego público amor de Pablo Neruda y Matilde Urrutia (La Chascona) en una historia mágica. 

Si pueden lean “Mi Vida junto a Pablo Neruda” escrito por la misma Matilde Urrutia y editado por Seix Barral, descubrirán una historia hermosa y tendrán una nueva visión de los poemas escritos desde “Los Versos del Capitán” en adelante.

domingo, 11 de enero de 2015

El Ateneo

En una visita a Río de Janeiro no se puede pasar por alto las playas de Leblón y Copacabana, el Cristo Redentor y las favelas; si el destino es Santiago destacan los viñedos y sus modernos centros comerciales; y en el caso de Buenos Aires su bohemia en Palermo, el mercado de San Telmo, los colores de La Boca, sus carnes a la parrilla y sus librerías, por sobre todo El Ateneo. 
El que una librería esté entre los imperdibles turísticos habla mucho del espíritu de una ciudad, y Bueno Aires ha sabido sacar partido a esa suerte de aura mística que habla de escritores bohemios y poetas malditos, nutriéndose de los nombres de Alfonsina Storni, Borges y Cortázar. Pero toda gran urbe ha contado con grandes literatos lo que no necesariamente se traduce en amor por la lectura. 
La forma de hacer negocio en El Ateneo de seguro no tiene cabida en la mente de un ingeniero comercial. Dejar todos los títulos a libre disposición de los clientes que pueden romper sellos, hojear, leer en los pasillos, leer en las cómodas butacas dispuestas en los antiguos palcos de este otrora teatro, leer en la magnífica cafetería del recinto, sin que ningún dependiente se acerque a preguntar si el libro en cuestión va a ser o no comprado. 
El resultado es un incesante flujo de turistas y locales que lee, lee y continúa leyendo desde primeras horas del día hasta el cierre del recinto cerca de la medianoche; y contrario a lo que pudiera pensar el referido ingeniero comercial sólo la casa matriz de El Ateneo vende en un año diez veces más libros que los que vende toda una cadena de librerías en otras latitudes. 
De más está decir que el modelo es replicado en la mayoría de las librerías de la ciudad. 
La pasión por que la gente lea al parecer da mejores resultados que la pasión por vender libros.

sábado, 10 de enero de 2015

Mujer del Itaguayo

Amanda dedica varias horas del día a tejer hojas de palma. Se acercan el monzón y el actual techo de su choza, reseco por el calor, no resistirá las fuertes lluvias así que debe reemplazarlos. 
Cuando no está en eso se dedica al huerto familiar de maíz, yuca y camote, indispensable en una economía de auto subsistencia, y a atender a sus animales atenta a cualquier alboroto en el pequeño gallinero que usualmente significa que alguna boa verde intenta robarse los huevos. 
Su esposo pasa buena parte del día pescando en el río o guiando al interior de la selva a algún turista gringo que sueña con encontrarse cara a cara con una anaconda o un ocelete. 
Una vez por semana tiene el turno de ir a dejar a los niños de la aldea a la escuela a dos horas de navegación por el Itaguayo en el caserío de Quebrada Blanca. 
Amanda es una mujer admirable. 
Como también admirable es esa mujer que se levanta de madrugada para llevar a sus hijos al colegio luchando con el infernal tráfico capitalino, para luego ir a su oficina, cumplir con una jornada de ocho horas soportando a jefes odiosos. Volver a casa, conversar un rato con sus hijos, ir una hora a gimnasio (lo que para algunos será mera vanidad pero seamos honestos en nuestra sociedad como te ven te tratan); regresar y preparar comida para el otro día. Si tiene suerte tendrá el tiempo de descansar un rato en silencio. 
Junglas distintas, mujeres igualmente admirables.

jueves, 8 de enero de 2015

Lithium

Es interesante que la primera invasión extranjera de territorio chileno, a manos del imperio Inca, se produjo a través de la zona de los salares en el desierto de Atacama. El Cusco estaba interesado en controlar la producción agrícola de las prosperas terrazas andinas que en esos siglos, sin los recursos hídricos orientados a la minería, eran crecientes vergeles. Ese mismo camino luego lo seguirían los conquistadores españoles. 
Luego de la independencia también a través de los salares comenzó la conquista económica de las potencias europeas y sobre todo Inglaterra interesada en controlar el negocio del salitre y que terminó provocando el conflicto con Perú y Bolivia en 1879 y la posterior guerra civil doce años después. 
Pasó casi un siglo para que otra potencia extranjera, esta vez Estados Unidos, pusiera sus ojos en los recursos cupríferos de Atacama. La posterior nacionalización del cobre hecha por Slavador Allende terminó desencadenando el plan de la CIA para derrocar el gobierno socialista con el subsecuente golpe militar y los diecisiete años de dictadura. 
Hoy el triángulo de los salares compuesto por Uyuni en Bolivia, Hombre Muerto en Argentina y Atacama en Chile concentran el 85% de las reservas de litio a nivel mundial. Ninguno de los tres países ha tomado medidas concretas no sólo para proteger sus recursos o recibir el royalty adecuado por su explotación, sino también para preservar el ecosistema de los ricos humedales al interior de los lagos de sal. 
Al parecer estamos de brazos cruzados esperando una nueva conquista económica extranjera.

miércoles, 7 de enero de 2015

Columpio Austral

Da lo mismo si es un parque en el barrio alto de Santiago, una plaza en un cerro porteño, un pueblito en el altiplano, un potrero en medio del campo o una pequeña playa pérdida en los fiordos. Con sólo un par de cordeles cualquier niño puede ser feliz.

martes, 6 de enero de 2015

Porcelanas

Hace unos días quebré un plato. Era un plato blanco y redondo de loza, obviamente fue sin querer, pero hice lo que se hace cuando quiebras un plato blanco y redondo de loza: tomas los restos y lo botas al tacho de la basura; luego vas a la tienda y compras otro plato blanco y redondo de loza que seguramente algún tiempo después también terminará estrellado contra el piso, Usualmente es el intrascendente final de los platos blanco y redondos de loza. 
Distinto era el caso de esos tazones de fina cerámica labrada y pintada a mano que mi madre heredó de la suya. En ese caso cada quebrazón dolía en el alma, incluso en la medida de lo posible se trataban de reparar con algún adhesivo líquido aunque después solo sirvieran como adorno. 
Pero hoy usamos platos blancos y redondos de loza que nadie lamenta perder, así es la vida moderna… en todo.

lunes, 5 de enero de 2015

YanKee Way

El nombre correcto de este lago que marca el límite entre la Araucanía y la Patagonia es Llanquihue que en mapudungún significa “lugar escondido”; Yankee Way es el nombre con el que un simpático gringo bautizó un lodge en el límite sur del ojo de agua aprovechando el juego de palabras resultante. 
Pero más allá de la ocurrencia de este emprendedor enamorado de nuestros lagos, el Yankee Way (la fórmula yankee) parece ser una constante en un país donde se suele ir de “shoping” al “mall”, se vacaciona en un “resort”, el café de media mañana se acompaña de un “muffin”, “cup cake” o “cheese cake”, se comparten tragos después de la oficina en un “after office” o junto a una piscina en un “pool party”, y se ejercita mediante el “runing” o “body combat”; para que hablar del lenguaje empresarial donde términos como “management”, “perfomance”, “endurance”, “pos” (poin of sale), “look and fill”, “payback”, y un sinfín de etcéteras son de uso cotidiano 
Esto no tiene NADA que ver con pretender ser un país bilingüe o con vocación turística, los hecho demuestran que somos el que menos maneja un segundo idioma al interior de la OCDE y difícilmente podemos dar a un gringo las indicaciones para que llegue a un paradero de buses. 
Es paradojal que siendo herederos de la lengua de Cervantes, Neruda y Cortazar intentemos a cada instante reemplazarla con aforismos que con suerte entendemos. Sería bueno de tanto en tanto recordar que: Aquí se habla español.

domingo, 4 de enero de 2015

Las Callecitas de Buenos Aires

“Las Callecitas de Buenos Aires tienen ese Qué se yo…” La frase de Balada para un Loco de Piazzolla la escuché desde pequeño merced del gusto de mi viejo por los tangos; y de todo lo que Baires significará, y es que él al igual que muchos estaba convencido de que era una ciudad mágica.
¿Esa magia realmente existe?
La última vez que visité la capital Argentina fue en compañía de una persona dotada de una punzante, y acertada, ironía. Mientras caminábamos por Corrientes me decía “Esto es igual a Santiago Centro”; Puerto Madero era igual a Vitacura, La Boca a Mapocho, Palermo a Lastarria, y objetivamente así es. Buenos Aires nos es muy distinto a Santiago, o a Sao Paulo, o a lo que conozco de Montevideo y Lima, y quizás lo único distinto son sus avenidas más anchas que el promedio lo que ayuda a tener una mejor perspectiva del patrimonio arquitectónico que en otras urbes suele quedar atrapado por la sucesión interminable de calles estrechas y edificios de altura.
Entonces quizás esa magia bonaerense nace en ese sano nacionalismo propio de los argentinos; y es que desde pequeños son condicionados para amar y defender lo propio como si fuera lo mejor del mundo; y en ese sentido de más está decir que Charly o Diego pueden armar el “quilombo” que se les venga en gana y sus connacionales nunca dejarán de rendirles pleitesía.
En la literatura mientras Isabel Allende ambienta sus historias en lejanas latitudes, Vargas Llosa describe perdidos rincones del Perú, y García Márquez en lugar de elegir como protagonista de su obra cumbre a Bogotá, Medellín, o su amada Cartagena optó por inventarse un pueblo, Macondo. Sin embargo en Argentina Borges transforma a Buenos Aires en un lugar mágico, de la misma forma que Cortázar la eleva a un sitial similar al de Paris.
Parecido ocurre en la música en donde desde el referido tango de Piazzolla a lo último de Fito Paez, pasando por “La Ciudad de la Furia” de Ceratti, sobran las referencias a una ciudad mágica, misteriosa, bohemia, que te hace la guerra de día y el amor de noche.
Entonces la magia de Buenos Aires realmente está en el amor que los mismos bonaerenses le profesan, del que son embajadores y del cual nos han convencido. Tan distinto a lo que ocurre al otro lado de Los Andes donde los santiaguinos tan solo esperamos la ocasión para arrancar de nuestras callecitas.

viernes, 2 de enero de 2015

Tatatela (Republicación del 20/10/09)

Pocos día atrás me encontraba, como es habitual, tomando fotografías de Valparaíso y en una esquina me topé con un simpático muchacho que aprovechaba las luces rojas de un semáforo para ganarse alguna propina entreteniendo a los automovilistas haciendo malabarismos con tres antorchas encendidas.Consideré la situación una ocasión perfecta para capturar algunas escenas urbanas costumbristas pues ya se ha hecho una tradición, casi parte de nuestro folklore, el que en nuestras ciudades un buen número de jóvenes, especialmente estudiantes de artes escénicas, se ganen la vida realizando actos circenses en la vía pública.Lo oscuro de la locación, el destello del fuego en la penumbra, la rapidez de movimiento del malabarista y las luces de los autos que circulaban en sentido contrario significaron un duro reto para mí cámara y debí pasar varios minutos ajustando el enfoque, controlando el obturador, abriendo o cerrando el diafragma y una serie de otros tecnicismos que no son lo medular en estas líneas.El punto es que sin darme cuenta no fue una o dos sino veinte o treinta luces rojas del semáforo con sus respectivas presentaciones artísticas las que estuve fotografiando y en la misma medida que me fui absorbiendo y abstrayendo en la captura de imágenes comencé a literalmente alucinar con los acrobáticos movimientos (y puedo asegurarles que no suelo consumir ninguna sustancia alteradora de conciencia).La cámara congelaba el destello de las flamas de las antorchas hechas girar, arrojadas al aire y luego recogidas. Estos destellos parecían verdaderos trazos de luz en medio de la oscuridad. Por un momento me pareció contemplar a un alocado pintor expresionista lanzando furiosas pinceladas sobre su lienzo, o a un vehemente director de orquesta dirigiendo con su batuta algún concierto de Rachmaninov, o quizás a un psicodélico Sid Barret componiendo los acordes que luego plasmaría en las primeras canciones de Pink Floyd, o tal vez a un anciano caligrafista japonés dibujando sus exquisitas letras con una pluma luminosa.Mientras me encontraba absorto en mis alucinaciones el protagonista de mis fotografías se me acercó y con voz cálida y alegre me dijo: “le pido por favor que me envía las fotos que salgan más linda a mi mail, mi correo es tatatela@etc,etc,etc”. En ese momento volví al mundo real y me di cuenta que me encontraba tan solo observando el arte circense de un muchacho sencillo que solo pretendía entretener, ganando algún dinero en el proceso, a un grupo de cansados automovilistas en medio de su retorno a casa luego del trabajo, los mismos que tan solo en un par de calles más olvidarían por completo el espectáculo observado.Intenté enviarle las fotos vía mail pero el correo me arrojó dirección errónea, tampoco lo he vuelto a encontrar en la misma esquina de las avenidas Argentina y Errazuriz.
No sé si algún día podrá ver las fotos que le tomé ni qué impresión le causarán, de lo que si estoy seguro es que ni siquiera sospecha el exquisito instante de delirante alucinación que me obsequió.

jueves, 1 de enero de 2015

Jacaré

La simpatía y entusiasmo del garzón terminó por convencerme: si estaba en Iquitos no me podía ir sin probarlos. 
Aquellos nuggets de caimán estaban sencillamente deliciosos. Carne suave pero firme con un gusto que recuerda a la de ave pero de sabor más intenso perfectamente apanada en quínoa acompañada de papata yuca y mango. 
Habían pasado tres días y el petepete en el que viajaba avanzaba por el curso del río Itaguayo. Allí fue donde lo vi, su brillante piel acorazada, su sigiloso andar y sus amarillentos ojos en los que descubrí estaba escrito mi karma. Simple cuestión de justicia, ojo por ojo y diente por diente. 
Inmediatamente regresé a Iquitos y tomé el primer avión que me regresara al reino del concreto lejos de cualquier río. 
Viéndole el lado positivo puedo fumar sin culpa, a fin de cuentas sé que no moriré de cáncer; aunque cada cierto tiempo recuerdo que en cualquier momento desde una cloaca aparecerá él dispuesto a que saldemos cuentas.