lunes, 25 de octubre de 2010

Amor a la Mexicana

Las zonas campesinas del centro sur de Chile se encuentran fuertemente influenciadas por la cultura mexicana, prueba de ella es que en las cantinas rurales abundan las fotos de Jorge Negrete (México lindo y querido), de cada tres canciones tocadas en las radioemisoras al menos dos son corridos o rancheras, y sagradamente después del almuerzo la sobremesa se hace observando la telenovela azteca de turno, esa donde su protagonista, María Dolores es una inocente y pura muchacha que no sabe los que es el amor hasta conocer a José Emilio, un vividor y mujeriego que tras cien capítulos descubre que la muchacha es el verdadero amor de su vida, obviamente en el intertanto también descubre que sus padres no son sus padres y la joven queda ciega, recupera la vista, hereda una fortuna y demases.
El misógino actuar de José Emilio y la paciente y abnegada entrega de María Dolores parecen exagerados, ridículos, extemporáneos al punto de ser molestos, pero aún así la historia de amor saca suspiros.
En el mundo real cada día a los miembros de mi género se nos hace más difícil encontrar ese perfecto punto de equilibrio para no parecer ni un bruto cazador de la era del cromañón ni tampoco un desabrido vanguardista londinense. Quiero decir ofrecerse a pagar la cuenta puede ser visto como un gesto de galantería o como un resabio de machismo primitivo, ofrecer fuego puede ser respondido tanto con una sonrisa agradecida como con una dura mirada de “también sé usar un encendedor”.
Imaginó que para las féminas contemporáneas tampoco es fácil intentar no ser percibidas ni como una desvalida princesa medieval ni como una devora hombres post moderna.
De mis años de estudios teológicos recuerdo a un profesor de orientación familiar que me enseñó que los hombres medimos el amor en términos de admiración, ergo “ella me admira, ella me ama”, en tanto las mujeres miden el amor en términos de protección, ergo “me siento protegida, me siento amada”. Quizás por lo mismo nuestro actual error es intentar relacionarnos de igual a igual cuando en realidad tan iguales no somos, tendremos los mismos derechos y las mismas capacidades pero nuestra búsqueda es diferente.
Me da la impresión que a pesar de nuestra modernidad aún María Dolores y José Emilio nos pueden enseñar algo, mal que mal creo que toda mujer tan sólo busca un abrazo que le haga sentir que nada malo puede pasar y tengo la certeza que nosotros tan solo buscamos que nuestro abrazo provoque esa sensación en alguien.

17 comentarios:

eutelia dijo...

Creo que tienes mucha razon, es una aproximacion superficial pero bastante objetiva a la vez. Yo tengo otras en mi blog, quizas màs superficiales ( de seguro mas irònicas)..Ahora no recuerdo el nombre de las entradas, pero casi todo habla de lo mismo.
saludos,
Eutelia
www.albinovino.com

Susana Peiró dijo...

Un tema con muchos hilos, Luis. (Desde luego, imaginarás la sonrisa mientras leía los detalles de la novela-culebrón (todas para una, una para todas)

Los cambios y nuevos lenguajes de comunicación,es verdad, suman perplejidad en las relaciones interpersonales.

Peroooo, un Caballero siempre será distinguido por una verdadera Dama y viceversa. Se apreciarán mutuamente. En este mundo, plural, con nuevas tribus y nuevos modos de vida, también hay espacio y lugar para los que buscan ese abrazo milagroso.

Un fuerte Abrazo Amigo!

Elena dijo...

Habrá que aprender a gestionar nuestras diferencias de una manera justa.

Belén dijo...

Yo creo que el amor es algo más que admiración o cuidado... es acompañar, vamos... al menos así lo pienso yo...

Besicos

Anouna dijo...

No soy de rancheras, aunque sí escuché muchas a mi alrededor viviendo en una zona de pueblo como es Melipilla; recorrer sus calles hacia los campos era solamente Mexicanas y corridos, uffff!! Muy alegres por cierto.

En cuanto al tema, estoy de acuerdo con lo planteado, y veo lo dificil que es en muchas ocaciones estar seguro de ser y estar agradable. Lo cierto es que en el fondo de esas nuevas superficies, al final dicta lo que refieres al final del texto, me gustó mucho esa útima parte y pensé... Eso es!

Grato leerte, muchos abrazos, Anouna

Anónimo dijo...

He tenido esa misma sensación un millar de veces... Una no sabe -en principio- cuál es el tipo que tiene delante y acabas tanteando un comportamiento que crees que es el que va acorde con la persona que tienes delante matando así toda naturalidad y espontaneidad.
Al final se aprende que uno debe ser uno mismo ante todo y ante todos, caiga quien caiga y le pese a quien le pese. Al menos, no se peca de inseguro...

Rembrandt dijo...

No soy de mirar telenovelas, simplemente porque no me gustan, pero sí las pelis románticas je!

Respecto a la pareja, mi idea de una buena relación se basa en el respeto mutuo, sin coartar las libertades individuales, porque el amor y la pasión no bastan si faltan estas cosas, para mí fundamentales.

Besos desde el otro lado de la montaña.
REM

pepa mas gisbert dijo...

La verdad es que a mi no me gusta nada que me protejan. Rarilla que es una. (sonrío)

Alís dijo...

No sé por qué (ironía), pero no me fío mucho de la teoría de un profesor de orientación familiar en una carrera de Teología. Intuyo que tiene una visión muy sesgada de lo que es familia, y más aún pareja.
Sí creo que no es fácil relacionarse, porque efectivamente somos diferentes. Pero no por género, sino porque no hay dos personas iguales.
Alguna vez me ha gustado sentirme protegida y alguna vez me he sentido bien porque mi chico necesitó mi protección. Yo, como Belén, creo más en la pareja entre compañeros, de igual a igual dentro de nuestras diferencias.
En el fondo, creo que ayuda mucho a mantener una relación ser capaz de mostrarse tal como uno es y poder decir abiertamente qué se desea.

Un abrazo

PD. Me he reído imaginándome al "desabrido vanguardista londinense", jajajaja

Luis dijo...

Alis entiendo tu punto, quizás hubiera sido bueno aclarar que de joven fui protestante, osea con ministros con parejas, hijos (y de seguro amantes).

Alís dijo...

Gracias, Luis, por la aclaración. Es cierto, algo cambia. Sin embargo, temo que todo lo relacionado con parejas y Dios (sea cual sea) tiene una interpretación limitada, aunque como insinúas una cosa es lo que se predica y otra distinta lo que se hace.
Ah, hijos y amantes también los tienen los sacerdotes, jajaja.

Un abrazo

Juan Camilo dijo...

A veces, son las telenovelas las que más influyen en las relaciones amorosas. Son muchos los que son bautizados con el nombre de los protagonistas de la novela del momento. Y peor, muchos viven como actua una Maria Dolores de Jesús Redimida o un José Antonio de la Lumbrera del Socorro. Con esos nombres el amor no es más que un fenómeno ruidoso donde la admiración es un seudonimo de mal gusto. Se ama en pantalla, es decir, se pierde el tiempo, porque no se ama en este tiempo, sino en el de Mexico

Ana dijo...

Adhiero a las palabras del primer comentario de Alis. No he encontrado mejores palabras.
Un abrazo vecino.

Ana dijo...

Adhiero a las palabras del primer comentario de Alis. No he encontrado mejores palabras.
Un abrazo vecino.

Pame Recetas dijo...

Yo simplemente te diré que crecí en pueblo grande (o ciudad chica) esperando los domingos para ir al "teatro" a ver a Jorge Negrete enamorando a esas pobres ilusas mujeres que se derretían con una ranchera cantada al oído. Siempre me quedó claro que eso no era lo que esperaba de la vida. Grandes abrazos desde muy cerca

Pame Recetas dijo...

Hola Luis! Como verás en la foto de arriba de mi post, estoy cerca de San Pedro, el mercado en realidad son unos puestos que están en el cruce de San Pedro/Limache los precios son los mismos del super de Quillota, pero la calidad es muy superior y el hombe con aquello que que cerraban a la oración me mató! pura magia como dices. Viniendo de la "gran ciudad" toda esta vida que ahora me rodea me está "encantando" , estoy quedando atrapada en un mundo que voy redescubriendo.

Patricia González Palacios dijo...

Vaya que genera puntos de encuentro y desencuentro este tema, no sé si servirán las películas o las novelas para aprender algo, si para soñar un poco. Ignoro cual será la forma ideal y perfecta para que dos personas se conecten hasta el fin de los tiempos.Para mi la galanteria se agradece y a veces algo de bruto encanta. Soy romántica, creo en el amor, pero también creo que no hay nada perfecto, ni principes azules, lo mejor se va haciendo en el camino, y lo que sea hay que vivirlo para ver el resultado y de él sacar algo,sin riesgo cual sería la gracia de la vida. Besitos.