domingo, 5 de diciembre de 2010

Corazón Caturro

Don Pepe hoy no pudo ir al estadio, seguramente una fuerza mal hecha moviendo algún cajón con frutas en su puesto en el mercado es lo que lo tiene con ese fuerte dolor de espalda y su vieja ya se las canto claritas: “si te arrancas a ver el partido ahora sí que me vas a conocer enojada”. Menos mal que hace algunos mese añadió el canal del futbol a su servicio de televisión por cable lo que le ha permitido seguir al equipo de sus amores cuando juega de visita, ocasión en la que usualmente es acompañado por sus compadres, pero hoy días tendrá que ver el lance solo ya que todos sus amigotes se encuentran en el estadio. Pero está es una ocasión especial, el Santiago Wanderers de Valparaíso enfrenta a su clásico rival el Everton de la vecina ciudad de Viña del Mar, dos nombres bastante ingleses para dos ciudades del fin del mundo.
Temprano pasó por el almacén a comprar una buena porción de “pichanga”, una mezcla de trozos de cecinas, quesos y pepinillos escabechados, el que será acompañado por un buen vino tinto, y es que Don Pepe ha seguido a los caturros (nombre con el que se apoda a los hinchas del Wanderers por sus camisetas color verde) desde que era un niño sin importar si el club pasa por buenos o malos momentos, no le molesta que el club tenga una mala campaña o que sea derrotado por los poderosos clubes santiaguinos, lo único que le importa y lo que no puede tolerar es que se doblegue ante el elenco viñamarino con el cual arrastran una rivalidad casi centenaria, para él este partido es un clásico tanto o más importante que un Boca vs River o un Barcelona vs Real Madrid.
Es cierto que su esposa le prohibió, con razón, ir al estadio pero eso no impedirá que abra de par en par las ventanas de la habitación en la que vive en un conventillo del Cerro San Juan de Dios, tampoco impedirá que cuelgue de un mástil la bandera verde inglés del club de sus pasiones ni que se asome por los ventanales tocando el viejo trombón para alentar a sus muchachos tal cual como lo hace cada quince días en los tablones del estadio Municipal de Playa Ancha.
Sabe bien que si Wanderers gana mañana será un día resplandeciente, los porteños andarán exultantes, comprarán bastante fruta por sobre todo duraznos y frutillas para “arreglar” el vino, fácilmente hará el dinero para pagar el arriendo de su local y de seguro le quedará algo para darse algún gusto junto a su viejita. De seguro durante toda esa semana la marraqueta y el café del desayuno tendrán un mucho mejor sabor.
Sin embargo si Wanderers es derrotado por el Everton, oh desgracia impensable, mañana será un día funesto en el que seguramente Valparaíso amanecerá atrapado en la bruma, la gente no saldrá de sus casas, habrá carestía de frutas y pescados. De seguro no alcanzará a reunir el dinero para pagar el arriendo y tendrá que ir a empeñar alguna de las pocas joyas que le quedan a su vieja porque su trombón ni pensarlo. Toda esa semana el desayuno, el almuerzo, la once y la cena tendrán un amargo gusto.
Para don Pepe no se trata del resultado de un trivial partido de futbol, para don Pepe se trata del devenir de la vida misma.

12 comentarios:

MaLena Ezcurra dijo...

La mística del fútbol provoca esas cosas de vida o muerte en cualquier lugar.
Los personajes que sacas de tu galera son por demás queribles.

Bella imagen.


Buen comienzo de semana Luis.


M.

Belén dijo...

No me gusta el fútbol, la verdad.. pero siempre me ha fascinado esa forma que tiene de encantar tanto que hasta se escapan decasa para ver el partido jajajajajajja

Besicos

Patricia González Palacios dijo...

De fútbol entiendo lo suficiente, pero tener una motivación en la vida eso es valioso, esperemos que don Pepe no tenga que quedarse sin nada!!, suerte en tu trabajo, besitos.

pepa mas gisbert dijo...

Y nunca mejor dicho, una historia que se desarrolla tan lejos de nosotros, de mi, es una historia muy, muy cercana, casi la palpo con los dedos. Cambias el nombre de los equipos, de la comida que preparas para el evento, y queda la gente, las mismas personas, la vida.

Pame Recetas dijo...

Hermoso relato amigo Luis, qué personaje tan real y tan querible este don Pepe

Rembrandt dijo...

Absolutamente cierto mi estimado Luis, es el espíritu del hincha, no importa donde esté siempre será lo mismo, siempre sentirá de igual manera.
Quizás eso sea lo que diferencia al futbol de cualquier otro deporte, el hincha lo lleva en la sangre.

Que gane Wanderers!!! Puedo imaginar la cara de felicidad de Don Pepe y en consecuencia la de su viejita tbn.

Líndisimo tu post y la foto me hizo acordar a La Boca. (Soy hincha de Boca, como la mayoría de los argentinos, je!)

Besos y un placer leerte.
REM

Anónimo dijo...

Yo no sé qué tiene el fútbol para levantar tantas pasiones. Personalmente, sólo me gusta cuando juega la selección española. Sólo así me siento delante de la tele para ver a un montón de tíos darle a un balón. Pero si el equipo pierde, se apaga y se olvida. Al día siguiente, el sol continua saliendo.
Por eso no he comprendido bien (hoy estoy espesita, perdóname) por qué para Don Pepe sería tan trágica una derrota. La vida sigue igual, ¿no?

Un beso, luis.

Luis dijo...

Querida Antonia creeme que en general tampoco comparto la pasión futbolera pero que esta existe es un hecho que determina la vida de muchos.

Susana Peiró dijo...

Por estos lados del mundo, don Pepe representa esa conmovedora pasión llamada fùtbol. Fútbol que bien puede ser, alegría desenfrenada o tristeza sin consuelo, a todos los efectos está omnipresente y como tan bien has relatado, tambièn eje de vida.

Bella narración Luis! Muchas Gracias y tambièn por tu càlido saludo en mi blog! Un Abrazo!

Filos en Mundo de Sofía dijo...

Hermosas imagenes, todavía sigo urgando en todas ellas.

Muchos saludos

Elva*

Alimontero dijo...

Hola Luis, cuántos queribles como don Pepe existen, verdad??
Ese hombre sencillo, amable, abierto y querendón de su viejita que lo cuida y del futbol de sus amores...
Ever, for ever... EVERTON!!
No me sé el de Wanderers...,-(

besos y buen finde

Ali

Alís dijo...

Sí, el fútbol mueve mucho más que a un buen número de aficionados hacia un estadio. Y del resultado de un partido dependen muchas cosas. Lo sabemos las mujeres que hemos convivido con algún fanático del fútbol...

Por cierto, ¿qué equipo ganó?

Besos