lunes, 25 de abril de 2011

El Caporal

Un par de años atrás observé al hombre de la fotografía en una muestra de culturas latinoamericana. Se trata del caporal de los Voladores de Papantla, una cofradía de indígenas mexicanos conocidos por participar de una ceremonia en la que se arrojan al vacío desde un poste a más de 30 metros de altura atados a una cuerda de cáñamo mientras su líder (en la imagen) realiza una danza ritual sobre el referido poste que no tiene más de 40 centímetros de diámetro.
Consultado sobre tal hazaña el caporal señaló que sus rituales previos de purificación hacían que “el alma regresará por completo al cuerpo” y en tal estado toda proeza es posible.
Contrariamente a los ritos orientales que buscan que el alma se libere de las limitantes corpóreas en la cosmovisión de los nativos americanos es necesario hacer que el alma regrese al cuerpo del cual se aleja por los afanes cotidianos a fin de volver a ser un todo: cuerpo, mente y alma, siendo está última para ellos la esencia misma y primordial de cada ser humano usualmente representada por un animal totémico llamado Nahuatl.
Esta imagen de hombres dotados de cuerpo y mente pero que deambulan por la vida desconectados de su alma, de su esencia, me parece una perfecta descripción de la sociedad contemporánea en donde cada persona suele definirse para bien o para mal por la familia de la que proviene, el colegio en el que estudio, el sector de la ciudad donde vive o la suma de dinero en su cuenta corriente.
Lamentablemente me he dado cuenta que en ocasiones me resulta difícil abstraerme de todas estas condiciones sociales a la hora de describirme y por eso quizás sea necesario que intente hacer volver mi alma a mi cuerpo.


2 comentarios:

Belén dijo...

Somos todo lo único, tanto alma como cuerpo :)

Besicos

la cocina de frabisa dijo...

Qué interesante tu post. Realmente el alma es difícil de describir ¿no?

besos