lunes, 8 de marzo de 2010

Jaque Mate

Nadie discute las noblezas del ajedrez como un juego basado por sobre todo en la inteligencia y paciencia aplicada, pero también tiene algo de perverso en sí mismo. Quiero decir que si uno hace un análisis detenido el juego consiste en mediante una elaborada estrategia, el estudio de los movimientos del rival y el calculado sacrificio de las propias piezas, debilitar paulatinamente al oponente hasta el punto que este se vea obligado a rendirse. Expuesto así, y si no supiera que el juego lo crearon los hindúes y adquirió su actual forma en la Europa medieval, pensaría que fue ideado por el dueño de una corredora de bolsa o por el profesor de alguna escuela de negocios.
Pero más allá de su objetivo también hay algo de clasista y de discriminatorio en la conformación de sus piezas que de alguna forma refleja muy bien nuestras sociedades modernas: en primer lugar de importancia están el rey y la reina, que de forma directa pueden representar a nuestras clases políticas gobernantes en donde todo al final gira en torno a proteger sus intereses; luego están los alfiles, con formas de obispos y que así como en el Medievo también en la actualidad simbolizan el poderío de la iglesia y su conservadurismo; en tercer lugar están los caballos, símbolo de la caballería la que en la antigüedad estaba conformada tan solo por los miembros de la nobleza y que podría representar nuestra nobleza aristocrática contemporánea o sea los representantes del estrato socioeconómico más acomodado; posteriormente aparecen las torres, que dada su forma podrían ser un símil de nuestra infraestructura industrial; y finalmente están los peones, cuyo único fin es ser sacrificados o a lo sumo ayudar a recuperar alguna de las piezas mayores pérdidas, indudablemente representan al pueblo llano, a la clase trabajadora, cuya única utilidad es la de favorecer los intereses y mantener el estatus de quienes están sobre ellos.
¿Qué pasaría si un día los peones se rebelaran y pusieran en jaque a su propio rey?
De seguro han vistos en las noticias internacionales las gigantescas turbas saqueando supermercados, farmacias, bencineras y toda clase de comercio después del terremoto ocurrido en Chile a finales de Febrero. Es cierto que entre este mar humano abundaban descarados delincuentes que no tuvieron ningún empacho en huir con televisores LCD, lavadoras, ropa exclusiva, cajas de licores y todo aquello que les fuera fácil de vender a buen precio, pero en su mayoría esta avalancha humana estaba compuesta por dueñas de casa, por obreros, por estudiantes, por gentes comunes y corrientes usualmente honestas como aquellas con quien uno a diario cruza su andar pero ahora desesperadas por conseguir algo de leche, pan, pañales, agua embotellada y cualquier clase de alimentos.
También es cierto que esas imágenes me indignaron y que quizás fui uno de los primeros en pensar que el gobierno debía sacar al ejército a las calles a restablecer el orden a punta de culatazos y balas, pero al paso de los días y con la sangre más fría comencé a reflexionar en qué momento realmente se iniciaron los saqueos.
Los saqueos no se iniciaron en las poblaciones marginales ni en las periferias, no se originaron inicialmente en la desesperación de los damnificados pasado un día del sismo. Los saqueos se iniciaron a las pocas horas de ocurrido el terremoto al interior de los hogares más acomodados del país en las zonas que no se vieron en nada afectadas cuando extensas filas de camionetas todo terreno y automóviles caros acaparaban todo el combustible disponible en las pocas bencineras que se mantenían en servicio. Continuó cuando, y de ello soy testigo presencial, los supermercados de los barrios acomodados se abarrotaban de hombres y mujeres histéricos que colmaban las cajas con dos y hasta tres carros repletos de varios kilos de pan, docenas de latas de conservas, litros y litros de leche y agua embotellada, en resumen de lo suficiente como para que una familia promedio pudiera subsistir por los siguientes tres o cuatro meses. Insisto en que esto tuvo lugar en zonas que no fueron gravemente afectadas y en donde el abastecimiento estaba absolutamente garantizado.
Este insensible acaparamiento, esta sensación de que quienes tienen dinero se estaban llevando todos los bienes disponibles, provocó la desesperada idea de que era necesario abastecerse a como diera lugar y en algunos lugares ello tuvo mediana razón.
Un ejemplo claro de esto es que días después y cuando el orden público se restableció, mientras en los hogares del barrio alto las despensas se encontraban repletas de alimentos que en muchos casos terminaran por superar sus fechas de vencimientos, en los supermercados de las barriadas fuertemente custodiados por los militares no se venden más de dos bolsas de mercadería por persona.
El devastador terremoto de 1960 nos obligó como sociedad a replantearnos nuestras normas de edificación y el de qué manera estábamos levantando nuestros edificios; el terremoto del 27 de Febrero recién pasado nos obliga a replantearnos sobre qué clase de sociedad es la que estamos construyendo.

12 comentarios:

Ana dijo...

Una sociedad donde quien manda es el sistema: te dice que comprar, cuánto comprar, la necesidad de tener mucho más de aquello que realmente necesitás. A cualquier precio. Intereses enlatados con seductoras etiquetas para una sociedad en crisis.

Belén dijo...

Creo que somos peones en el ajedrez... y si se tambalea el tablero, los primeros en caer...

Besicos

Zayi Hernández dijo...

No sé jugar ajedrez...mi hijo de siete años ha tratado de explicarme pero desistió porque según él..."mami es muy bruta para los juegos de mesa", pero creo que los peones a lo largo de la vida han dado jaque a muchos reyes...aún faltan más, pero los peones han sido valientes en muchos casos. Sólo por nombrar tenemos el ejemplo de Chile con Pinochet, Venezuela con Pérez Jimenez, Cuba aunque esto fue jaque de rey a rey así que no vale y casi todos los paises de nuestro amado continente americano...y eso por no hablar de la época de la conquista...el pueblo américano es muy digno y aunque aguanta, siempre termina dando jaque mate a quien lo merece.
Besitos.

Lala dijo...

Desde que el hombre es hombre, son las jerarquías y las clases.
La sociedad no ha evolucionado en pos de la igualdad nunca en toda su historia. Será porque aquellos que podrían cambiar algo, son los que están arriba en el poder, y eso no interesa para nada.
En cuanto al comportamiento humano, a veces es absolutamente irracional...Ante un desastre semejante parece que uno no piensa en el equipo sino en uno mismo, como si uno pudiera vivir solo, sin necesidad de la gente!
En fin, estas cosas destapan muchas veces la condición humana de la que estamos hechos.


Un beso


Lala

Ursula dijo...

Luis...

ay amigo querido que triste!!! y que lamentable realidad!! me averguenza como ser humano...
es tanto lo que ha avanzado el hombre en tegnología...
y en humanidad... me pregunto... ¿cuándo avanzará?
¿cuando ya no queden "piezas" y nos hayamos destruido los unos a los otros?

te dejo un abrazo amigo querido!!

hermosos días por venir!!!

beso!!!

Lala dijo...

Otro terremoto, Luis?

Lo he leído en internet...

:(



Lala

Luis dijo...

Gracias a Dios no fue otro terremot sino una réplica de anterior a las que ya estamos acostumbrados. Claro que al tener siete grados de magnitud y un distinto epicentro es otro terremoto en si mismo pero parte del mismo fenomeno, algo asi como los aguaceros despues de una fuete tormenta.
Expongamoslo asi, el rimer terremoto derribo todo lo que podía derribarse asi que este no hizo nada.
Gracias por la preocupación.

Unknown dijo...

Me alegra saber por tu comentario que no hay que lamentar nuevas desgracias a las ya acaecidas,
nos construimos miserables cada vez mas según pasan los años y no es un problema Chileno ni del ajedrez,
y como decía el gran Serrat( fuerza Nano),"nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio"
un fuerte abrazo a vos y a tu pueblo

Ursula dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ursula dijo...

Luis...

estaba preocupada y leo tu comentario y me alegra saber que estas bien, y que no fue tan grave... lamentablemente ahora no hay mucha información sobre lo que sucede... de todas maneras amigo querido, te dejo un cariñoso abrazo y espero que todo pase pronto!!

hermosos días!!!(este deseo con más fuerza que nunca)

beso!!

Anónimo dijo...

Una reina que no sea capaz de sacrificarse por sus peones y por su rey no merece seguir en el tablero. Desgraciadamente hay muchas reinas que no se lo merecen.

Nuestra verdadera cara siempre aflora en las situaciones más extremas. Lo importante es no olvidarlo nunca.

Un abrazo.




John W.

pepa mas gisbert dijo...

El ajedrez es un juego que requiere de inteligencia y ese es el problema, que muchas veces la venganza, la codicia, la vanidad,...saltan por encima de la inteligencia emocional que podría ayudarnos.

Un abrazo