viernes, 20 de noviembre de 2009

Devoción

Hace algunos días recibí un mail invitándome a participar en un concurso fotográfico patrimonial organizado por la Municipalidad de Valparaíso. Busqué entre mi archivos digitales y encontré está foto que titulé Devoción y la envié para participar en la categoría "Patrimonio humano, inmaterial e intangible".
Fue tomada con ocasión de la Festividad de San Pedro, patrono de los pescadores, que se celebra cada 29 de Junio siendo la principal fiesta costumbrista y religiosa de la ciudad. Pero a pesar del colorido de la celebración en esta ocasión no me quedé con la imagen de San Pedro llevada en procesión por cientos de pequeños botes finamente adornados recorriendo la bahía porteña, tampoco me quedé con las compañías danzantes que llenan de gritos, música y saltos las calles de la ciudad, tampoco me quedé con los mimos, malabaristas y batucadas congregados en los recintos portuarios.
Me quedé con esta humilde mujer que a duras penas se abrió paso en la multitud tan solo para acercarse por unos minutos a contemplar con devoción la imagen de su santo, quizás agradeciéndole los favores recibidos quizás rogándole que prontamente le abra las puertas del cielo. Me quedé con sus andrajosos ropajes, me quedé con sus intensos ojos cafés, me quedé con su pelo enmarañado bajo su gorro de paño, me quedé con su cara curtida por el sol, me quedé con las profundas arrugas que cruzan su piel, me quedé con la enigmática mueca de su boca, me quedé con su serenidad, me quedé con su dejo de tristeza.
No sé si la fotografía logrará algún reconocimiento, tampoco es lo que me motiva al tomarlas, yo simplemente me quedo con su rostro tan callado pero que a la vez me cuenta tantas historias.

11 comentarios:

pepa mas gisbert dijo...

Te quedaste en su rostro, en esas arrugas surcos de una vida seguro ganada o perdida a pulso.

Un abrazo, y suerte

Patricia González Palacios dijo...

Esos detalles tienen más valor que nada, si saben ver y no sólo mirar, encontrarán un lindo mensaje en ellas, un beso paty

Lala dijo...

Ese rostro no es un rostro, es toda una historia encuadernada en muchos tomos. Una historia llena de vida, como dice Alma, para bien o para mal, pero llena de vida.
Choca en la foto el contraste de ese rostro vivo con lo estático de un rostro sin piel.
Sin duda, me quedo con el primero.

Las personas mayores siempre me despiertan muchísima ternura.


Un beso


Lala

ÁFRICA dijo...

Aunque no existiera la foto, tú la has descrito con mucha humanidad.

Ursula dijo...

Luis...

dejas en tu comentario... y en esa fotografía un mensaje de humanidad y fe... actos que vigorizan el corazón y el alma...
gracias por compartirlo!

que tengas una hermosa semana!!

beso!!

Belén dijo...

Una imagen vale más que mil palabras... esa mirada dice más de lo que cualquier relato puede decir!

Besicos

Unknown dijo...

Amigo es un halago conocerte y escuchar esos por ques,
esos motivos que le dan sentido a las cosas,
esa sensibilidad naturalmente infrecuente,
un abrazo

Anónimo dijo...

Pues... yo también me quedo con esa foto y con el rostro de la anciana que no pretende nada.

Cuando ves como sienten algunos la devoción y cuando escenifican todo lo que haya que escenificar para mayor gloria de su ego... O te quedas con fotos como esta o te dan ganas de salir corriendo.






John W.

Zayi Hernández dijo...

pues a mi me ha parecido una foto tremendamente hermosa. Comparto ese gusto por fotografiar los pequeños detalles, los rostros, la vida...y mirando la foto que has colocado, he llegado a ver la fe y la devoción en los ojos de esa maravillosa anciana. Me ha gustado mucho.
Besitos.

Anónimo dijo...

Amigo Luis...
Haces honor al nombre de vuestro Blog.
Tienes ojos que humanizan lo que la cámara ve.

Abrazos mil,

Jeanne dijo...

Pues yo me quedo sentada mientras la miro a ella, porque ella no está mirando al santo,ni al cielo, pero quizás está mirando al mar, o no?

J.