Una escala de piedra en la ladera de una montaña no parece ser algo sumamente especial a no ser que esta haya sido construida hace más de quinientos años por la poderosa civilización Inca en una isla considerada por ellos sagrada en medio del Lago Titicaca.
La Escala de Yumani fue levantada paralela al curso de agua proveniente de una vertiente en lo alto de la Isla del Sol. En este lugar, conocido como la Fuente del Inca, el agua fluye a través de tres canaletas circulares labradas en una pared de roca finamente tallada. Esta triple vertiente simbolizaba para los sacerdotes y la nobleza incaica las tres leyes sagradas que regían el orden moral y social de su cultura: No matarás, No mentirás y No serás perezoso. Está triple máxima es una suerte de versión inca del “amarás a tu prójimo como a ti mismo” propio del cristianismo que paradojalmente les fuera luego impuesto a la fuerza por los conquistadores españoles.
Principios morales como los anteriores pueden ser igualmente predicados por un sacerdote católico, un pastor protestante, un imán islámico, un rabino judío, un monje budista o cualquier gurú new age, como también son valorados por ateos y agnósticos. Lo interesante es que si en lo medular todos siempre estuvimos de acuerdo como es que desperdiciamos dos mil años de nuestra historia en persecuciones, cruzadas, jihad, evangelizaciones forzadas y toda clase de conflictos religiosos.
Algo parecido pasa con la política y la economía, tras la caída de la cortina de hierro todo el mundo se dio cuenta de la inviabilidad del comunismo, pero también luego de las últimas crisis globales muchos han debido reconocer con espanto las monstruosas deficiencias del capitalismo exacerbado. Quizás por lo anterior hoy por hoy todos los discursos partidistas suenan iguales y el candidato A parece creer lo mismo que su contendiente el candidato B.
No se trata de que nos volvamos una sociedad política y religiosamente homogénea. Que aburrido sería que todos pensáramos igual, se perderían esas exquisitas discusiones de sobremesa los domingos por la tarde en compañía de la familia y los amigos. Pero ya histórica y en algunos casos forzosamente aunados los principios morales, políticos y económicos básicos, es hora que nuestros líderes y la sociedad en general nos demos a debatir sobre lo que aún nos queda por subsanar: el aborto, la eutanasia, la superación de la pobreza, la bioética, el calentamiento global y el desarrollo ecológicamente sustentable por mencionar algunos.
Lamentablemente no quise publicar una foto de la Fuente del Inca porque en todas ellas aparecía un horrible grafiti con las iniciales de algún estúpido… al parecer para que superemos la barbarie aún falta algunos siglos.
La Escala de Yumani fue levantada paralela al curso de agua proveniente de una vertiente en lo alto de la Isla del Sol. En este lugar, conocido como la Fuente del Inca, el agua fluye a través de tres canaletas circulares labradas en una pared de roca finamente tallada. Esta triple vertiente simbolizaba para los sacerdotes y la nobleza incaica las tres leyes sagradas que regían el orden moral y social de su cultura: No matarás, No mentirás y No serás perezoso. Está triple máxima es una suerte de versión inca del “amarás a tu prójimo como a ti mismo” propio del cristianismo que paradojalmente les fuera luego impuesto a la fuerza por los conquistadores españoles.
Principios morales como los anteriores pueden ser igualmente predicados por un sacerdote católico, un pastor protestante, un imán islámico, un rabino judío, un monje budista o cualquier gurú new age, como también son valorados por ateos y agnósticos. Lo interesante es que si en lo medular todos siempre estuvimos de acuerdo como es que desperdiciamos dos mil años de nuestra historia en persecuciones, cruzadas, jihad, evangelizaciones forzadas y toda clase de conflictos religiosos.
Algo parecido pasa con la política y la economía, tras la caída de la cortina de hierro todo el mundo se dio cuenta de la inviabilidad del comunismo, pero también luego de las últimas crisis globales muchos han debido reconocer con espanto las monstruosas deficiencias del capitalismo exacerbado. Quizás por lo anterior hoy por hoy todos los discursos partidistas suenan iguales y el candidato A parece creer lo mismo que su contendiente el candidato B.
No se trata de que nos volvamos una sociedad política y religiosamente homogénea. Que aburrido sería que todos pensáramos igual, se perderían esas exquisitas discusiones de sobremesa los domingos por la tarde en compañía de la familia y los amigos. Pero ya histórica y en algunos casos forzosamente aunados los principios morales, políticos y económicos básicos, es hora que nuestros líderes y la sociedad en general nos demos a debatir sobre lo que aún nos queda por subsanar: el aborto, la eutanasia, la superación de la pobreza, la bioética, el calentamiento global y el desarrollo ecológicamente sustentable por mencionar algunos.
Lamentablemente no quise publicar una foto de la Fuente del Inca porque en todas ellas aparecía un horrible grafiti con las iniciales de algún estúpido… al parecer para que superemos la barbarie aún falta algunos siglos.
4 comentarios:
Magnífica foto y estupenda reflexión. ¿Por qué nos empeñamos todos por pelear en algo en lo que en el fondo estamos de acuerdo?.
Saludos
Veo que me has puesto de aperitivo (sonrío), bueno, mi poema y mi voz. Gracias.
La fotografia es hermosa, es increible como algo que se construyo hace años aun siga en pie, y tan hermosa como en aquel entonces, asi como tambien es increible el enorme legado cultural que dejaron estas civilizaciones.
p.d: gracias por visitarme.
saludos desde mi pequeño bosque.
la fotografia es maravillosa.
en cuanto el legado cultural que dejaron estas civilizaciones, es de suma importancia que hagamos lo posible para que se mantengan tan vigentes como en el momento en el que se construyeron.
saludos desde mi pequeño bosque.
Siempre me ha maravillado esa civización. Tu fotografía, por sencilla y descriptiva, capta algo del misterio que tanto me seduce.
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