Por fin se fue Navidad, frase que parece un poco hereje para los fanáticos de estas fechas, pero para mí el paso del 25 de Diciembre es sinónimo de recuperar mi vida, volver a tener tiempo para pensar y para escribir en esta columna que tenía bastante abandonada desde hace algunas semanas. De paso gracias por la preocupación de algunos y los buenos deseos de otros,
Entre mi infancia y mi adolescencia la navidad se celebraba en algún lugar como el de la fotografía. Una hermosa iglesia perfectamente adornada para la ocasión con la presencia de un magnífico coro polifónico que interpretaba canciones de gozo, amor y esperanza. En la iglesia donde asistía para el culto navideño una a una las familias pasaban al altar y unidas daban gracias por las bendiciones recibidas durante el año. Los regalos no importaban por su valor y su objetivo único era compartir alegría y buenos deseos.
Conforme llegué a la adultez y fuí dejando la fé de lado, la celebración navideña se trasladó al ambito familiar. La vispera del 25 era la ocasión para que todos nos reunieramos y cenaramos juntos alegres de volver a encontrarnos. Recuerdo incluso que en alguna época en la que trabajaba en cierta distante ciudad debía soportar casi desde el mediodía los atochamientos en las vías, la dificultad para encontrar pasajes y un largo viaje para llegar a casa, cuestión que se veía de sobra recompensada con el abrazo de mi hijo y mis padres. La cena, humilde o abundante, era seguida de una quieta y larga conversación y la visita de los vecinos con mutuo intercambio de para bienes.
Desde hace ya algunos años trabajo en una importante tienda de uno de los principales centros comerciales del país y desde entonces mi percepción de la fecha ha cambiado radicalmente. Como balance de este año puedo contar casi veinte días trabajando continúo, permaneciendo un mínimo de doce horas diarias en la tienda, dos leves alzas de presión, un coló irritable, unas cien tazas de café, una docena de bebida energizantes, más de cinco mil clientes atendidos, unos cincuenta reclamos por no ser atendidos a tiempo (según ellos pero a quien se le ocurre ir a comprar regalos el 23 de Diciembre y esperar ser atendido en forma expedita), un ciento cicuenta por ciento de cumplimiento de los presupuestos trazados para este fin de año y una docena de palmoteos en la espalda por el trabajo bien hecho.
También ví a gente humilde endeudarse por los siguientes tres años con tasas de interes que rozan la usura con tal de llegar a casa con el regalo prometido, a madres desesperarze porque el sueño de sus hijos se encontraba ya agotado, a otros despóticamente gastando cifras millonarias solo con el objetivo de quedar bien con su circulo social, a otros cediendo a los berrinches de niñas malcriadas que exigían que su regalo fuera el rosado con pintas fucsia aunque este costara el triple que el blanco que cumplía la misma función.
En cuanto a mí tanta, vorágine consumista me ha llevado de un tiempo a esta fecha a entregar obsequios solo a las personas más cercanas y que estos no superen los U$ 20.-, alguno lo consieraran egoismo pero para mi es la forma de abtraerme de la corriente imperante, en la contraparte mis amigos y familia saben bien que no aceptó regalos caros y que valoró sobre todo los hechos manualmente. En lo que respecta a la celebración decidí mandar a mi hijo a pasar la navidad a casa de su madre y que mi madre la pasara junto a unos familiares, yo me serví dos copas de vino junto a un pavo recalentado, luego me tomé un valium (prescripción médica pues sufro de insomnio) me levanté tarde a día siguiente realizé las visitas de rigor, fui con mi ihjo al cine, me reptí la dosis de valium y desperté hace pocas horas por fin descansado, con la tranquilidad de saber que la navidad había pasado y firmemente convencido que el verdadero altar en estas fechas no se encuentra en un humilde pesebre, ni en los atriós de una iglesia, sino que dentro de las atestada paredes de los centros comerciales.
PD: Casi lo olvidaba feliz fin de navidad y los mejores deseos para el 2010.
9 comentarios:
felicidades a vos por este horror concluido,
un abrazo
A mi siempre em ha incomodado la Navidad... eso de ser feliz por imperativo legalme ha parecido la gota que colma el vaso de la rebeldía...
Besicos
Se te echaba de menos, comprendo tu felicidad y el descanso que debe ser, no cabe duda la locura, yo que volé por algún mall, no para comprar sino para otras cosas, quede loca. Lo importante es rescatar otro tipo de cosas, yo hace algún tiempo preparo mis regalos con mis manos y valoro más el esfuerzo de hacerlos que el de cansarme buscándolos.
Pero en fin tengamos la leve esperanza que las modas cambien y que todos se pongan austeros y calmados.Ahora aprovecha de descansar, cuida la salud, pronto vendrán tus vacaciones y aunque te quedes en tu casa, no hay nada mejor, que el tiempo para uno y los que queremos.
Amigo mío que tengas un lindo y buen año, fue muy bueno encontrarte, disfruto de tus palabras y te deseo lo mejor, un abrazo paty
Qué razón tienes.
Tú lo ves desde esa perspectiva y debe ser una visión horrible. Entiendo.
Cuando he leído lo de las familias endeudadas por los regalos se me ha hecho nudo en el estómago. Mucha tristeza me ha dado leer eso, porque supongo que para esas personas es importante hacer feliz a los demás, igual que hacen los demás, los que sí pueden hacerlo. Y por qué no? Todos tenemos derecho, pero no dinero...Qué triste.
En fin, a mi me gusta la navidad, en sentido pagano, claro, y me gusta porque compartimos con la familia. Siempre he pensado que las personas, en cualquier fecha, son lo más importante. Es muy triste no tener a nadie con quien compartir cualquier cosa, verdad?
Un beso y felices días post navideños! :D
Lala
Te deseo todo lo mejor para el 2010.
Un abrazo.
John W.
Luis...
es cierto que en estas fechas la parte comercial lleva como en marejadas a la gente y todo depende de que lado estás... pero más allá de eso... creo que muchos conservan el espíritu navideño como algo destinado para los chicos que son los que gozan de la ilusión y de la espera!! así lo siento amigo querido!!
paso a saludarte y agradecerte por compartir tus sueños y tus vivencias en este año que ya nos deja... espero continuar contando con tu amistad el año que comienza!!!
hermosos días!!
Feliz 2010!!
beso!!
Un sinsentido generalizado que decoramos con moños rojos y verdes y frutos secos que no comemos en todo el año porque pareciera que si no nos dicen que éste es el momento para hacerlo... no se nos ocurre.
El mejor año, Luis, el que anhelas, el que construyes con tus sueños.Gracias por acompañarme en cada uno de mis posts.
Te abrazo
No me extraña que la Navidad llegue a eso. Yo, en este lado del charco, he llevado un camino paralelo. Si bien no trabajo en unos almacenes, me veo obligado a ser casi pisoteado, empujado, etéctera (pero con espíritu navideño)...
He intentado buscar lo bueno en la esencia. Antes de que llegaran las reliigiones, los pueblos del norte de Europa celebraban el cambio del sol y daban gracias a la naturaleza adornando un árbol. Así de simple. Asi, al margen todo, no está mal reunirse una vez con quien no ves en un año para a los cinco minutos arrepentirte de haberlo hecho y decir que no lo volverás a hacer. ¡Es Navidad! Y sin embargo al año ya has vuelto a perdonar.
Que gusto "verte" de nuevo y ver que estás bien, agotado e insomne, pero bien.
Un abrazo y un feliz año nuevo
Publicar un comentario