El protagonista de la fotografía es un joven Aguilucho posado en lo alto de una de las miles de Araucarias de la Cordillera de Nahuelbuta. Excúsenme que no les dé los correspondientes nombres científicos pero desde niño que aquellas denominaciones en latín me recuerdan algunos jocosos capítulos del Coyote y el Correcaminos.
Algo tienen las aves rapaces que a lo largo de la historia se han convertido en un símbolo tan representativo del poder como lo son las cruces o las medias lunas en el contexto religioso. Fue siguiendo el emblema de un águila que las legiones romanas conquistaron las Galias, Hispania, el norte de África y Oriente Medio; reyes, duques y barones del Medievo solían incluir halcones en sus escudos de armas usualmente acompañados de leones o dragones, sus símiles entre los mamíferos y las criaturas mitológicas. El asunto no se limita a Europa porque también en América el águila fue un animal totémico para los aztecas y las tribus de las grandes praderas así como el cóndor para el mundo andino; estas aves también estuvieron presentes en la iconografía de emperadores orientales, emires árabes y reyes tribales africanos. Hacia la edad moderna fueron insignias de batalla de los ejércitos al servicio de los Imperios Coloniales y luego de las naciones que lograron su independencia de estos.
Su analogía con el poder continúa hasta nuestros días, no en vano fue delante de la imagen de un águila calva que se anunciaron las invasiones de Afganistán e Irak, y han pasado a formar parte de los emblemas corporativos de bancos y farmacéuticas transnacionales que en una época globalizada han heredado de imperios, reinos y naciones el control del orbe.
El porqué de esta devoción por las aves rapaces quizás sea por su vuelo majestuoso, por lo imponente de su estampa o por su aguda visión, pero no debemos olvidar que estos nobles pájaros fueron dotados por la naturaleza de tales condiciones con el único fin de mantenerse en el tope de la cadena alimenticia dejándose caer inmisericordes con sus letales garras sobre sus presas. Consecuentemente los siglos de historia nos han demostrado que quienes han usado halcones y águilas como emblema también han tomado de estos su implacable letalidad ante todo lo que se cruce en su camino.
Al parecer poder y rapacidad van de la mano.
martes, 15 de septiembre de 2009
Rapaz
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11 comentarios:
Solo un detalle mas, "El Águila de San Juan", con el que también la religión toma a estas aves como uno de sus símbolos.
John W.
Luis, siempre tienes algo para aprender, como tu sabes en mi patio tengo una gama de pájaritos que me visita, y algunas veces han llegado aguiluchos,son maravillosos,tienen una estampa y un vuelo majestuoso, es la única vez que las tórtolas que no quiero mucho, arrancan a perderse, es que adivinan que están en el menú, un abrazo paty
A mi siempre me han gustado las rapaces aves, que no las personas rapaces. Creo que el hecho precisamente de que se las haya utilizado como heraldo del poder le ha dado cierta mala fama que quizás no se merezcan.
Un texto estupendo, como siempre por otra parte
Un abrazo
el hombre,
el imperio,
la colonia,
son miserables y eligen sus iconos de cualidades insoslayables para las aves,
en general nunca tomamos de la naturaleza su sabiduría y si nuestra especie alega tomarla lo hace siempre con la parcialidad de lo misérrimo,
me parece que has presentado el tema de la mejor manera
un abrazo
Luis, eres un encanto, que buena palla,( no se si escribe así), me saco una sonrisa esta mañana que me va a durar todo el día, te deseo que tu también lo pases "tupendo", un beso paty
Mi qerido Luis.espués de una necesaria paua, vulvo a leert y a disfrutar de esas instantáneas tan hermosas que nos regalas.
Un abrazo.
Una buena noticia. Liberación de cóndores
http://rionegro.com.ar/diario/2009/09/06/1252209017267.php
abrazo carroñero.
Patricia la idea era alegrarte, que bueno que lo logró.
Rúl es definitivamente un placer tenerte de vuelta y espero poder leer pronto tus escritos.
Ana que bueno que nuestros gobiernos e instituciones están impulsando dichas iniciativas.
Yo diría poder, rapacidad y astucia... Cordiales saludos.
Gracias por esta entrada que nos adentra con la naturaleza, hermosa imagen y muy buena información.
Besitos amistosos!
Cada vez disfruto más de tus textos Luis. Llenos de ribetes, subidas y bajadas entremezclados con opiniones.
Muy enriquecedor.
Un Abrazo
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