viernes, 25 de septiembre de 2009

Cuestión de Fe

Siempre he encontrado los motivos religiosos “fotográficamente” interesantes, en especial esos antiguos vitrales y relieves que suelen adornar las paredes, cornisas y ventanales de las catedrales. No es necesariamente por una cuestión de fe y es que no sólo los creyentes devotos pueden admirar y conmoverse con las pinturas de la Capilla Sixtina, los escritos de Santo Tomas, el Ave María de Mozart o el Aleluya de Haendel. Pero no es menos cierto que el mundo eclesiástico en alguna época me fue especialmente cercano.
Me crié al interior de una conservadora familia protestante. De niño cada noche encomendaba mi alma al creador de rodillas a los pies de mi cama y asentía con un amén cada vehemente frase de nuestro pastor en los imperdibles cultos del día domingo. Alcanzada la adolescencia mis héroes eran Guillermo Carey, primer predicador bautista en viajar a la India y padre de las misiones modernas, y Natanael Saint, misionero asesinado en el Amazonas ecuatoriano por los mismos indios Aucas a los que pretendía evangelizar. Luego aprendí a tocar piano motivado únicamente por poder interpretar los sentidos acordes de la música Gospel norteamericana e incluso pensé seriamente en estudiar teología.
No recuerdo porqué razón ni en qué momento ya perdido en el paso de los años vividos, para bien o para mal, para salvación o condenación, sencillamente dejé de creer.

13 comentarios:

Martín Bolívar dijo...

Pues hay que creer en alguien o en algo, en mi modesta opinión, no cree usted en que las maravillas del mundo las debe de haber creado alguna criatura o ser superior?

Patricia González Palacios dijo...

Yo no he dejado de creer, pero no lo hago como antes, tengo que echarle la culpa a algo, pienso que es el tiempo que corre muy rápido,entonces no tengo mucho tiempo para reflexionar sobre el tema, ya es poco y no alcanza para todo. A mi ángel de la guarda, siempre le doy trabajo y a la virgen le converso generalmente cuando limpio mi casa, espero que sea suficiente, sino simplemente perdí. En todo caso los motivos religiosos son muy bonitos.un beso

Anónimo dijo...

Yo soy católico, supongo. Y, que curioso, también en algún momento de mi vida estuve pensando en entrar a un seminario. Lo tenía decidido, pero una mañana al levantarme y salir a la calle, recuerdo perfectamente lo soleada y bonita que era aquella mañana de mi decimosegundo cumpleaños, sin saber porque supe que ese no era mi camino.

Ahora mismo no se si creo o no creo. No tengo nada claro. Supongo que en el momento en el que expiremos entenderemos todo.

Supongo.

Me ha dado mucho que pensar este post.

John W.

ÁFRICA dijo...

Ese momento, el de dejar de creer, es un paso muy importante. Por todos lo cambios que significa.
Un saludo

Ana dijo...

Y aquí estás, supongo, construyendo tu propio vitral con fragmentos de un pasado y con los colores de cada nuevo amanecer.
Un abrazo

Unknown dijo...

Luis un abrazo

pepa mas gisbert dijo...

No he creido nunca pero coincido contigo en que algunas manifestaciones de lo religioso son excelentes, insuperables. Hace unos años visité en la Catedral de mi ciudad Valencia, la exposición "La luz de las imágenes", y aunque conocía la existencia de algunas de las obras, quede maravillada al ver la belleza de algunos retablos.

Otra cosa es por supuesto el uso y abuso de algunas de esas riquezas, pero eso es otra historia.

Un abrazo

Ursula dijo...

Luis...

te dejo una reflexión que resume algunas cuestiones...

"...La fé... necesidad íntima del hombre... para no esperar todo de sí mismo..."

muy interesante y profundo tu lugar!

gracias,

saludos fraternos!!!

mabel casas dijo...

luis, este relato me conmovió, si bien comenzas con la innegable belleza de los vitrales religiosos, que realmente así son, como otras manifestaciones paganas u artísticas en ese mismo trabajo artesanal vitral

pero el motivo de conmoverme parte de como nace quizás sin estrategia al escribir, de ese comentario una parte de tu hitoria ,quizás guardada en la memoria y saliendo a flote ante la foto y tu sinceridad
: no creo
comparto ese no creer
felicitaciones por tu modo de decir escrito!!
cariños

Anónimo dijo...

No has dejado de creer,
a lo mejor ya no te convencen.

Una vez fui creyente, pero me pasó como las orugas, metamorfósis, pura metamorfósis.

Saludos Luis,

Anónimo dijo...

No has dejado de creer,
a lo mejor ya no te convencen.

Una vez fui creyente, pero me pasó como las orugas, metamorfósis, pura metamorfósis.

Saludos Luis,

Patricia González Palacios dijo...

Sólo para decirte que eres muy dulce con tus comentarios, un beso paty

Raúl dijo...

En su concepción inicial el arte religioso, aunaba la belleza con el carácter didáctico e informativo para un pueblo inculto. Efectivamente, ese vitral tiene su encanto.