"Me han estremecido un montón de mujeres,
Mujeres de fuego, mujeres de nieve"
Así versa el coro de la canción Mujeres de Silvio Rodriguez (por favor no confundir con la de Arjona) donde habla de las mujeres que lo han impresionado o han marcado su vida,
A lo largo de los años y de los viajes he conocido un sin fin de mujeres estremecedoras. Como aquella que al interior del Amazonas peruano, a orillas del río Taguayo, tejía con hojas de palmera un nuevo techo para su casa antes de la llegada del monzón; o aquella de más de noventa años que sentada en el suelo de la Isla Taquile trabajaba en su telar; esa otra que caminaba varias horas al día para vender agua embotellada y golosinas a los turistas en lo más profundo del Cañón del Colca para poder pagar la universidad de su hija en Arequipa; o esa otra que a pesar de que sus hijos se marcharon a la gran ciudad prefirió quedarse a vivir casi en soledad en la villa de Machuca, en lo alto de Los Andes, para no abandonar a sus animales.
Pero también me estremece aquella mujer de la gran ciudad que corre todo el día para cumplir con su trabajo, ir al gimnasio (porque como te ven te tratan), pasar a comprar al supermercado y aún así hacerse el tiempo para revisar los quehaceres escolares junto a sus hijos; o aquella otra, que sin hijos, lucha cada día porque nuestros jóvenes tengan una mejor educación; o esa otra que hace rato debería estar disfrutando del descanso de la vejez, no cesa en su afán de hacer feliz a su hijo y a su nieto.
En resumen: Me han estremecido un montón de mujeres.
1 comentario:
Hermosa la fotografía de esa mujer del Taguayo y conmovedoras tus palabras. Como mujer me siento honrada y halagada, al igual de como se sentirían cada una de ésas a las que has recordado en este post.
Abrazos, vecino.
REM
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