Una pareja de ancianos caminando juntos por la playa debe ser una de las imágenes más evocadoras que existen. Al verlos las parejas jóvenes hablan sobre lo hermoso que sería llegar a esas edad juntos, los solitarios a la fuerza sienten más dura su soledad y los solitarios por elección se preguntan si no sería bueno tener a alguien a su lado.
Lo cierto es que los ancianos en cuestión quizás se conocieron recién la noche anterior así que no se trata del amor de toda una vida que proyectan, quizás tan solo son amigos, o quizás son dueños de una sórdida historia de engaños y traiciones. Cualquiera de las anteriores opciones resultan absolutamente irrelevante, no importa cómo o por qué llegaron allí, lo que importa es el mensaje que transmiten.
En nuestra sociedad la mayoría de las cosas funcionan de la misma manera. Poco importa el proceso, lo que realmente cuenta es el resultado y más que el resultado, el cómo se transmite en forma de mensaje.
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