Fue en tiempos inmemoriales que los Uros llegaron a las tierras altas de América. Allí vieron como el altiplano se teñía de rojo luego de la caída de Tiwanaku. Allí el desprecio xenofóbico de los aymaras, el mismo que estos tiempo después sentirían de mano de quechuas y españoles, obligó a algunos a perderse en las profundidades del salar de Coipasa y a otros a adentrarse en la inmensidad del lago sagrado.
Hace más de quinientos años que dejaron atrás tierra firme y desde entonces se han dedicado a tejer las capas de sus islas de totora.
Flotando sobre el Titicaca han visto pasar por sus costas a incas, luego españoles, a conquistadores y misioneros, a ejércitos revolucionarios y movimientos independentistas, a vencedores y derrotados.
Aunque han sido súbditos incas, colonia española o ciudadanos del Perú, nada de eso les ha importado ya que desde siempre han sido Kotsuña: la gente del lago.
2 comentarios:
Muy buen post Luis, me encantó la foto y el video excelente, son personas muy especiales, no?
Abrazos
REM
Gracias Rem
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