En la formación de Los Tres cada integrante aportó un mundo distinto: Alvaro Henriquez trajo el garaje, el rock duro propio de los locales penquistas que hicieron que en una época Concepción fuera considerado el Seattle del Pacífico Sur; Ángel Parra trajo la peña, la música folklórica heredad de su condición de nieto de la gran Violeta Parra; y Roberto Titae Lindl la cantina, la canción desgarradora de los bares de Talcahuano, el bolero, el balsesito y el jazz huachaca.
Pero quizás uno de los más grandes aportes de Titae ha estado en rescatar el trabajo de esos “viejos lindos” que por décadas han amenizado las noches de bares como El Cinzano de Valparaíso. Gracias a su labor las nuevas generaciones han conocido los nombres de Carmen Corena, José “Pollito” González, Nelly Sanders, y tantos otros.
Si Ry Cooder en su momento nos trajo la riqueza de Buena Vista Social Club, en Chile Titae se ha encargado de hacer lo mismos con las glorias de nuestras cantinas y clubes.
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