Es fácil entender porque los productores de la serie de televisión “Los 80” eligieron a “El Tiempo en las Bastillas” de Fernando Ubiergo como su canción emblemática. Y es que la composición del cantautor viñamarino se convirtió en un ícono de la década en cuestión luego de su participación en el fetival de la canción más importante del país.
Quizás como una forma de marcar una diferencia entre las distintas temporadas también los productores decidieron que la canción fuera interpretada por distintos músicos en cada entrega anual, y aquí si que se genera un problema porque usualmente los cover tienden a hacer que las canciones pierdan su sentimiento original. De hecho los mejores cover que he escuchado: “Easy” de The Commodore en la versión de Faith No More y “A Primera Vista” de Chico Cesar en la versión de Pedro Aznar, son tan buenos simplemente porque se interpretaron exactamente igual que los originales.
En la primera temporada de Los 80 se le encargo a la banda Difuntos Correa interpretar El Tiempo en las Bastillas, y estuvo bien como humorada. Su versión se asemeja a la de cualquier banda adolescente que decide tocar con batería y guitarras eléctricas algún tema originalmente acústico, pero su mayor falla es que convirtieron una canción que habla de la melancolía, reflejada en la arena que queda atrapada en las bastillas de los pantalones, en un tema alegre. En lugar de nostalgia por tiempos idos la canción perecía hablar del recuerdo de viejos travesuras.
Para la segunda temporada se usó la versión de Francisca Valenzuela y con sus arreglos la canción tomo una a ratos insoportable tono hipster además de plagiar casi todos los acordes usados en Penny Lane de The Beatles. Aquí esta original trova a la simple melancolía se convirtió en una vanguardista y sofisticada composición de arreglos demasiado complejos para lo que su letra quería expresar.
Ya en la tercera temporada el turno fue de Los Mox, banda emblemática del punk nacional. Pero lo cierto es que Ramones solo hay unos, y al final todos los arreglos punk rock terminan llevándonos a ellos. El resultado fue muy similar a los que ocurre cuando Ataque 77 versiona algún clásico del pop argentino: entretenido pero intrascendente.
Aldo “Macha” Ajenjo tuvo por misión versionar en la cuarta temporada y decidió hacerlo en clave del más sentido bolero, ese que se interpreta al interior de alguna cantina acompañado por un vaso de vino. Si bien es una de las mejores versiones lo que le juega en contra es su exceso de dramatismo llevando la canción de la quieta melancolía al dolor desgarrador.
Hace un año Camila Moreno dio forma a la versión de la quinta temporada, a todas luces la menos lograda. Quizás porque Moreno está demasiado asociada a música de corte contestaría, ese es el terreno donde se mueve bien, pero al interpretar una canción menos ideológica pareciera verse privada de todo su valor agregado.
Es de esperar que en esta sexta y al parecer última temporada los productores de la serie hagan lo que siempre debieron hacer: dejarnos disfrutar de la canción en la versión de su autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario