Durante los ochenta años de dominación Inca nuestras tierras tributaron al Tiwantinsuyo la no despreciable cantidad de doscientas toneladas de oro, en su mayoría extraída del valle del Marga Marga, y aunque el dorado para los gobernantes del Cusco tenía un valor sagrado y ritual si lo valorizáramos al precio actual estaríamos hablando de varios billones de dólares.
Resulta casi obvio que tal tributo despertó la codicia de los conquistadores europeos, sin embargo Diego de Almagro volvió decepcionado de su primera incursión tras solo conseguir unos quinientos kilos de mineral ( a valor actual unos dos millones de dólares) ya que al parecer tal cantidad no justificaba el duro cruce del desierto de Atacama.
Luego vino Valdivia con la firme decisión de fundar un reino y en los siguientes 20 años de los lavaderos de oro en el Valle del Marga Marga se extrajeron diez toneladas de mineral refinado, esto es unos cuarenta millones de dólares.
Ya fuera para los incas o para los españoles los comuneros picunches estaban obligados a permanecer diez o más horas con el agua hasta las rodillas y la espalda flextada. De más está decir que más de alguna revuelta se originó entre los oprimidos indios y de más está decir que todas fueron resueltas por la filosa espada del poderoso.
En el valle del Marga Marga comenzó el saqueo de nuestra riqueza que hoy tratamos de detener con leyes de royalty y también comenzó en abusos precursores de lo ocurrido en la escuela Santa María de Iquique o en las huelgas del Teniente.
Cuando las cosas parten mal no siempre con el tiempo mejoran.
1 comentario:
No, si lo de explotar y expoliar a los otros no es costumbre nueva. Ni parece que vaya a abandonarse, por mucho que se disfrace con contratos llenos de supuestas contraprestaciones.
El mundo no ha cambiado tanto.
Un abrazo
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