El Valle del lago Bayo es alguna forma como “La libertad guiando al pueblo”, el más famoso cuadro del pintor galo Eugene Delacroix e icono visual de la revolución francesa.
El punto es que nadie o muy pocos de quienes visitan la colección pictórica del Louvre lo hacen pensando en ver el cuadro inspirados en los acontecimientos que acabaron con la monarquía en Francia. Quienes llegan hasta allá lo hacen por ver La Gioconda, la más famosa de las obras de Da Vinci. Una vez que se cansan de mirar su enigmática sonrisa se dedican a ver el resto de la colección del museo parisino descubriendo magníficas piezas como la referida pintura de Delacroix.
Quienes emprenden el intrincado camino que va desde Puerto Tranquilo, a un costado del Lago General Carrera, hasta Bahía Elefantes lo más probable es que ni siquiera sepan de la existencia del Lago Bayo y realizan la travesía con el único objetivo de acceder a un pequeño mirador sobre un promontorio rocoso que permite contemplar el inicio de Campos de Hielo Sur, la cumbre del Monte San Valentín y el imponente Glaciar Exploradores.
Pero una vez que los visitantes se cansan de observar el reino de los hielos eternos descubren la hermosa sorpresa a sus espaldas: un enorme valle de origen glaciar dominado por un lago turquesa que tiene el gran merito de ser el último reducto de dominio de la selva patagónica antes de entrar más al sur al mundo de los ventisqueros, fiordos y estepas.
No importa cuán impresionante sea lo que está frente a ti, también vale la pena mirar lo que dejaste a tus espaldas.
1 comentario:
Dice el refrán: unos llevan la fama y otros cardan la lana. Así es, buscamos lo renombrado y pasamos por alto maravillas similares o mejores que, quizá afortunadamente, no son tan reconocidas.
El lugar que nos muestras es hermoso, para quedarse horas observándolo. Gracias por ello.
PD: Por cierto, me decepcionó La Gioconda. Tal vez las expectativas eran demasiado altas.
Un abrazo
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