Me pregunto si de verdad el morrón rojo ve como su enemigo al morrón verde. Ambos luchan por lo mismo, ambos desean ser tomados en sus manos por la “caserita” y terminar alegrando con sus sabores y colores una ensalada o algún guiso. Entonces ¿habrá odio entre ellos?
En los años no he tenido grandes enemigos, al menos no declarados, pero si he tenido una gran cantidad de rivales, a algunos los he respetado profundamente a otros debo reconocer que los he menospreciado con cierta crueldad.
A ratos en la guerra, el amor y los negocios todo es válido y tu contendiente parece convertirse en la mayor de tus pesadillas, pero pasado el fragor de la lucha, hayas ganado o hayas perdido, es inevitable reconocer que ese enconado adversario solo quería el mismo puesto de trabajo, conquistar a la misma chica o cerrar el mismo negocio, en resumen sólo cometió el error de cruzarse en tu vida por tener tus mismos sueños.
Lo anterior me recuerda cuando siendo niño por obligación escolar leí La Illiada y no dejaba de sorprenderme la profunda admiración y hasta cariño que se tenían Héctor y Aquiles, reconociéndose incluso como hermanos, a pesar de saber que el enfrentamiento era inevitable y que uno daría muerte al otro.
Supongo que también el morrón rojo y el verde se reconocen como hermanos aunque solo uno de ellos se llevará la gloria, supongo entonces que yo también he tenido muchos hermanos de sueños, a algunos vencí ante otros me incliné.
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