Es cierto que por mi trabajo viajo bastante, pero no crean que eso es sinónimo de disfrute máximo (uno suele publicar en facebook o twitter la cara amable).
Quienes han viajado por “negocios” o en “comisión de servicios” saben que hay dos opciones: que el viaje le pague tu empleador o que el viaje lo pague un anfitrión. Si el viaje lo paga tu empleador este tratará de rentabilizar al máximo cada segundo así que usualmente te vas con una agenda prácticamente imposible de cubrir de 8 a 18 hrs, y después de las seis de la tarde en invierno en, por ejemplo, Puerto Montt de lo único que te dan ganas es de estar acostado en tu hotel (obviamente en verano algo mejora el panorama).
Si el viaje lo paga un anfitrión lo más probable es que te vayan a buscar al aeropuerto, te hospeden en el hotel que ellos creen es de tu agrado, te lleven a comer a los lugares que ellos creen son buenos y te muestren los sitios que ellos creen son interesantes. Al final regresas conociendo un aeropuerto, algunas super carreteras, un hotel, algunas oficinas, cuatro restaurantes y un par de monumentos.
Hace poco viaje a Brasil por una conferencia, la mayoría de mis amigos esperaban fotos de Ipanema, el Cristo Redentor, el Amazonas, el Mato Grosso, tan solo para partir, y la verdad que la experiencia no fue muy distinta a lo descrito más arriba con la única diferencia que en lugar de un hotel se trato de un resort en la costa paulista.
En uno de los pocos momentos que pude zafar de las actividades y arrancarme a la cercana playa de Boraicea me encontré con Rodrigo y sus amigos andando a caballo por la interminable arena, creo que ese instante y esta foto fue el único momento en donde vi lo que quería ver y no lo que mis amables anfitriones deseaban mostrarme.
2 comentarios:
Bellísimo!!!
claro que no es fácil viajar por trabajo.. yo casi siempre tengo vuelos a Puerto Montt o ciudades de brasil y pocas veces puedo disfrutar de la estadía como turista por eso es que te entiendo lo que decís
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