En el contexto de la actual música de raíz latinoamericana, si tuviera que definir en una palabra a Pedro Aznar esta sería virtuoso, a Manuel García comprometido, a Kevin Johansen ecléctico y a Jorge Drexler cercano.
La historia de Drexler difiere radicalmente de la del campesino que con su guitarra y voz logra conquistar el alma de un pueblo. Acá se trata de un letrado otorrinolaringólogo de origen judío y clase pudiente que un día decidió comenzar a volcar en su guitarra las situaciones más simples y cotidianas, y es quizás este uno de sus mayores activos en el escenario pues a través de la música y la conversación el uruguayo es capaz de transportar a sus escuchas a esa caminata junto al mar, a esa conversación de bar o a esa pena de amor donde nacieron sus canciones.
Esa cercana sencillez también se refleja en su lírica simple, directa y sin encriptados mensajes. Y si de sus letras se trata me quedo por sobre todo con algunas frases:
“Ya está en el aire girando mi moneda… y que sea lo que sea”.
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