Hay algo fascinante al observar esta foto de una de los cerros de Valparaíso, al mirarla pareciera que cientos de casas hubieran sido construidas una sobre otra, pareciera no existir ninguna lógica, ningún respeto por las normas urbanísticas, una suerte de anarquía arquitectónica, pero no es así, hay un ordenado desorden y una lógica aunque esta no siga patrones.
En alguna época las casas tan solo cubrían las cimas de los cerros, en algún momento se tomo la decisión de instalar ascensores funiculares que facilitara el acceso de la población al plan de la ciudad y allí sobrevino la locura espontánea, prontamente los faldeos de las colinas se fueron cubriendo de viviendas que aprovechaban hasta el más mínimo espacio disponible para levantarse, viviendas que debían adaptarse al ondulante trazado del terreno obligando a sus constructores a improvisar con formas impensadas aún para el más diestro de los arquitectos, viviendas construidas con los materiales desechados por los constructores de los edificios de las navieras y pintadas con los tarros de pintura encontrados sobrantes en los astilleros que en ese entonces repletaban las costas de la ciudad,
Mirado desde frente parece una locura pero al internarse en sus laberínticas calles la locura tan solo parece acentuarse. Los faldeos se encuentran repletos de callejuelas y callejones que forman el más intrincados de los laberintos, con escalinatas que parecieran no conducir a ningún lado pero que siempre terminan arribando a algún lugar.
Toda esta aparente enajenación urbanística está llena por sobre todo de un componente: color, música, anhelos, personas, historias y en resumen vida en toda su expresión, algo que pareciera escasear en nuestras nuevas edificaciones uniformes, perfectamente simétricas, cubiertas en hormigón y cristal y por sobre todo carentes del toque humano que los pueda hacer únicos e irrepetibles como las viviendas de los cerros porteños.
3 comentarios:
Aunque desde lejos parece un caos, seguro que tiene su orden...
Besicos
Hooooooola Luis, cómo te he extrañado amigo, en qué andas??? fotografiando! - seguro! ;-)
A raíz del encuentro con mi amiga Steki, quien vino a celebrar su cumple en mi casa, nos fuimos a Valparaíso y pudimos apreciar "in situ" esta imagen, y te juro que quedó muy impresionada...
Todo ahi es un espéctaculo....
las callecitas angostas...pintorescas...y bué...
parte de nuestra idiosincracia ,-)
Un gran abrazo!!
Ali
Que gran entrada Luis. Yo que vengo de fuera, sigo descubriendo cada día un motivo más para seguir en esos rincones tan personales donde lo ilógico toma forma.
Describes muy bien lo que es Valparaíso.
Un abrazo
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