La hora del atardecer es la preferida de quienes nos consideramos fotógrafos, comúnmente la llamamos la “hora azul”. La luz tenue ayuda a definir mejor los colores a diferencia del mediodía cuando el exceso de luminosidad suele quemar y deformar los blancos, además es la hora del día en la que las sombras son más extensas entregando una mayor profundidad a los objetos. Incluso en días nublados se pueden obtener excelentes tomas porque basta que la línea del horizonte se encuentre despejada para que el cielo se vista de los más increíbles colores.
He hecho incontables fotos de atardeceres, en este sitio he publicado unas cuantas pero recuerdo en particular dos: una entrada que adorné con los versos de “Pido Silencio” de Pablo Neruda y otra que consagré al “Hombre Imaginario” de Nicanor Parra. Entonces para completar esta tríada de los grandes poetas chilenos del siglo XX deseo dedicar esta a un bate más urbano y mundano y compartirles uno de sus versos más oscuros, no por ello menos bellos, que por cierto fue editado en forma póstuma y que probablemente se inspiró en su activa experiencia en la Guerra Civil española (se dice que solía pasearse con un altavoz por los frentes de Madrid y Aragón instando a las tropas franquistas a desertar) y su rol como corresponsal en la Segunda Guerra Mundial donde a pesar de ser herido en dos ocasiones igualmente de dio maña de entrar con las tropas aliadas a Berlín.
Les comparto “La Muerte que Alguien Espera” de Vicente Huidobro.
“La muerte que alguien espera
La muerte que alguien aleja
La muerte que va por el camino
La muerte que viene taciturna
La muerte que enciende las bujías
La muerte que se sienta en la montaña
La muerte que abre la ventana
La muerte que apaga los faroles
La muerte que aprieta la garganta
La muerte que cierra los riñones
La muerte que rompe la cabeza
La muerte que muerde las entrañas
La muerte que no sabe si debe cantar
La muerte que alguien entreabre
La muerte que alguien hace sonreír
La muerte que alguien hace llorar
La muerte que no puede vivir sin nosotros
La muerte que viene al galope del caballo
La muerte que llueve en grandes estampidas.”
PD: Antes de ser acusado de sexista, tengo en claro que aún le debo una publicación a Gabriela Mistral pero para ello estoy esperando tener fotos de su amado valle del Elqui.
He hecho incontables fotos de atardeceres, en este sitio he publicado unas cuantas pero recuerdo en particular dos: una entrada que adorné con los versos de “Pido Silencio” de Pablo Neruda y otra que consagré al “Hombre Imaginario” de Nicanor Parra. Entonces para completar esta tríada de los grandes poetas chilenos del siglo XX deseo dedicar esta a un bate más urbano y mundano y compartirles uno de sus versos más oscuros, no por ello menos bellos, que por cierto fue editado en forma póstuma y que probablemente se inspiró en su activa experiencia en la Guerra Civil española (se dice que solía pasearse con un altavoz por los frentes de Madrid y Aragón instando a las tropas franquistas a desertar) y su rol como corresponsal en la Segunda Guerra Mundial donde a pesar de ser herido en dos ocasiones igualmente de dio maña de entrar con las tropas aliadas a Berlín.
Les comparto “La Muerte que Alguien Espera” de Vicente Huidobro.
“La muerte que alguien espera
La muerte que alguien aleja
La muerte que va por el camino
La muerte que viene taciturna
La muerte que enciende las bujías
La muerte que se sienta en la montaña
La muerte que abre la ventana
La muerte que apaga los faroles
La muerte que aprieta la garganta
La muerte que cierra los riñones
La muerte que rompe la cabeza
La muerte que muerde las entrañas
La muerte que no sabe si debe cantar
La muerte que alguien entreabre
La muerte que alguien hace sonreír
La muerte que alguien hace llorar
La muerte que no puede vivir sin nosotros
La muerte que viene al galope del caballo
La muerte que llueve en grandes estampidas.”
PD: Antes de ser acusado de sexista, tengo en claro que aún le debo una publicación a Gabriela Mistral pero para ello estoy esperando tener fotos de su amado valle del Elqui.
18 comentarios:
Magnífica fotografía querido Luis. me ha emocionado. Y la muerte, ya sabemos, llegará en su momento. Un abrazo
Queridísimo Luis, tus entradas me hacen admirarte mucho.... no te pongas colorado, no es para eso que te lo digo, y te lo digo en serio...
He notado, en este breve tiempo que llevo leyéndote que hubo un cambio en tu vida, y que hoy estás conectado al presente en vida, pasión y muerte!...;-)
Me gusta Huidobro, soy mas bien ignorante de él, sin embargo lo que he leído lo he disfrutado.
sé que lograrás esas bellas fotos del Elqui... yo andaré luego por esos lares...solo que yo no soy fotógrafa...que pena, y todos estos detalles a los cuales haces mención yo los ignoro al momento de plasmar "el momento"...;-)
Te abrazo orgullosa, compatriota!
Ali
Me parecía buena la foto antes de verla con este escrito....ahora sí, Luis, tu foto no es bella, es impresionantemente bella.
Siempre me gustó la forma en la que Huidobro hablaba de los temas trascendentales...casi que hasta la muerte parece preciosa.
Un besito.
Para los pintores también la hora del atardecer es maravillosa, los colores tienen la luz adecuada para "ser" con toda intensidad.
Amo el surrealismo, amo a Huidobro.
De la muerte no hablo, siento miedo.
Van abrazos querido Luis.
MaLena.
Coincido que las "luces" del atardecer le ponen mejor color a todo... magnífico disparo, Luis... una foto encantadora. Deberías viistarme alguna vez, los colores de los atardeceres de mi otoño y primavera son únicos. Mis favoritos.
Impresionante poesía y gracias por el pedacito de historia. Sin acusarte de machista... espero a Gabriela Mistral otras.
Abrazos enormes y de admiración!
Impresionante colorido de atardecer. No soy pintora aunque adore la pintura, ni fotógrafa aunque me vuelven loca las fotografías.
Cuando son de los temas que más me gustan me sumerjo , sueño, y me inspiro para lo poco que sé hacer:
escribir.
No te habia leido nunca y me ha gustado lo que he visto.
Y, no hablaré de la muerte porque me asusta por días y me tiende la mano otras ocasiones.
Un abrazo.
No hay dudas que las tardes ejercen en mi un idilio especial...esos colores, ese magnetismo que ejerce es único!!!
Tambien me asusta la muerte como a muchos, quizas como a la mayoria!!!
Besos cielo, un placer conocer tu refugio !!!
Preciosas fotos Luis, sabes estube en el sur hace unos dias, en temuco, y mas al sur, tome unas imagenes lindas, sur, lluvia, pájaros, en fin, tu me llebas a mis recuerdos y mi añorado temuco.... besos
Ledeska
Es curioso qué diferentes somos cada uno.. no me habría fijado en los atardeceres...
Besicos
Vengo a tu casa a devolverte la visita y qué grata sorpresa. Me han fascinado tus fotografías. Yo también he pensado siempre que la luz del atardecer es la más intensa, pero siempre los evito porque me pone melancólica su huida.
Un abrazo.
Siempre me gustó la luz del atardecer, pero desde que llegué a Chile mucho más. No sé por qué, pero es el momento del día en que siempre, siempre la ciudad me parece preciosa. Tiene algo de magia el atardecer aquí.
Espero que el compromiso de elegir un poema de Gabriela Mistral no sea por cumplir la cuota de género... jajaja.
Me gustó eso de que "la muerte que no puede vivir sin nosotros"...
Besos
Tienes talento Luis.
Esta hermosa foto puedo tocarla con los ojos.
Saludos desde este lado de la frontera,
Creo que lo comenté aquí una vez. En mi lenguna materna, al atardecer le llamamos "a poqueta nit" que aunque no tenga traducción literal refleja muy bien ese momento del día en el que no queda casi nada para ser de noche. Incluso algunos lo revierten "a boqueta nit", como si el atardecer fuera a ser engullido por la noche. De una u otra manera, un momento del día hermosísimo para fotografiar y para vivir.
Esperando a Mistral.
Huidobro, qué lujo! Fantaseo una mesa de café, un atardecer, un lugar en Chile, compartiendo un trago con Neruda y Huidobro. Disfrutando de sus diferencias. Haciéndole verónicas a la nostalgia de todos los poemas olvidados.
Me gustó tu post, el clima y el anuncio de Gabriela.
Que el rescate de los mineros no haya sido en vano, que sea mucho más que traerlos a la vida con cascos limpios y ropa nueva.
Un abrazo
Tus imágenes son excelsas Luis, no sólo basta con tener un hermoso paisaje sino saber tomar de él lo mejor.Felicitaciones amigo!
Me encanta Huidobro, aún cuando escribe sobre la muerte , algo tan temido pero inevitable.
Y ya que nombraste a Gabriela Mistral te dejo unos versos suyos que me encantan.
"...Doña Primavera
de manos gloriosas,
haz que por la vida
derramemos rosas:
Rosas de alegría,
rosas de perdón,
rosas de cariño,
y de exultación..."
Besos para tí
REM
Mi estimado Luis,
mientras te escribía miraba el rescate del último minero, he sentido una gran emoción.
Sin dudas esto ha sido algo muy fuerte y ha demostrado el gran temple de tus compatriotas.
Abrazo en vos a todos los hermanos chilenos.
Besos
REM
Vaya vaya!! amigo mío veo que la mayoria de tus lectoras somos feminas, estás echo un galán de las palabras. El atardecer y el amanecer no sólo es maravilloso para las fotografías, lo es también para la fuerza y la magia de un toque de luz en la pintura, es la mejor hora para lograr los contrastes y sacarle fuerza al lienzo. Adoro a Huidobro y a la poesía. besitos.
Precioso Post y acompañado de un poema memorable!
He dedicado varios de mis artículos a fotógrafas célebres, y quiero invitarlo cordialmente a darle una mirada a este artículo:
http://lacuevadesusana.blogspot.com/2009/07/fuera-de-foco.html
Espero que le agrade!
Un fuerte Abrazo Luis!
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