viernes, 10 de septiembre de 2010

Romanticismo (Republicación del 27/05/09)

Esta foto me recuerda el típico cuadro adornado con versos de Neruda que luego de comprarlo en alguna feria solíamos regalar a alguna novia de secundaria y que hoy, en plena época de Internet, se envían vía correo electrónico en formato Power Point.
Claro que el típico cuadro romántico a diferencia de la foto superior es protagonizado por apuestos jóvenes sacados de algún capítulo de Baywatch. Y es que nuestra iconografía contemporánea está marcada por estereotipos de cuerpos juveniles, perfectamente tonificados, de narices respingadas, cabellos rubios y piel tersa, en resumen verdaderas estatuas griegas vivientes, dejando de lado y llevando al extremo de grotesco y despreciable todo aquello que no calce con este perfecto patrón de apariencia. No se confundan, no tengo nada contra quienes cuidan de su apariencia física por el contrario lo aplaudo, en especial al considerar que la obesidad se ha vuelto una enfermedad crónica de la cultura occidental rica en comida de bajo valor nutritivo y con poco tiempo disponible para realizar actividades físicas. Pero el sano deseo de mantenerse en forma y la innegable admiración por un cuerpo atlético no nos puede volver incapaces de notar la inmensa belleza igual presente en quienes no cumplen con el 90-60-90 (mujeres) o las espaldas anchas y vientre plano (hombres), en especial porque estos “imperfectos” somos la inmensa mayoría de la población planetaria.
El aprender a encontrar la belleza en las personas comunes y corrientes nos ayuda a aceptarnos y querernos a nosotros mismos, tipos también comunes y corrientes por lo consiguiente igualmente bellos. Encontrar hermosura solo en los estereotipos de revista de modelaje nos esclaviza a intentar, quizás inútilmente, alcanzar ese supuesto grado de perfección o vivir permanentemente inconformes y avergonzados de nuestro par de kilos de más o nuestras piernas muy delgadas o nuestro busto pequeño o cualquier cosa que nos impida algún día desfilar en Milán.
Esta pareja de “gorditos” caminando al atardecer por las suaves arenas del balneario de Reñaca junto a una quizás inútil caña de pescar son una verdadera postal de romanticismo y hermosura.

8 comentarios:

LEDESKA dijo...

Muchas gracias por visitarme en mis otoños y dejar huella... cuando tu escribes regreso a muchas cosas pasadas... gracias...


Ledeska

Patricia González Palacios dijo...

Tal vez estarás por ahí disfrutando de paisajes tan lindos como esté, aprovechalos. No me acuerdo mucho pero creo que decía... " la belleza está en los ojos del que mira", sino algo parecido, personalmente me agota esto del estereotipo de la belleza perfecta. Incluso, yo que soy fánatica del cine pienso , estos guapos como serán de verdad!!. Besitos.

Alís dijo...

Nariz respingada, cabellos rubios, incluso ojos azules... pero, pucha, fallo en lo del cuerpo tonificado y la piel tersa. Pero es que me equivoqué de siglo.

Yo añadiría a tu texto "y viceversa". Quiero decir que aceptarnos y querernos a nosotros mismos nos ayudaría a encontrar la belleza en las personas comunes y corrientes como nosotros.

Esa luz de atardecer es maravillosa, Luis

Besos

Alimontero dijo...

Querido Luis, disfruto contigo, sabes?
Me siento tan identificada con muchas de tus imágenes como de tus escritos... Me recuerdo de una entrada que escribí relativa a lo mismo...y generalmente las personas sufren (sufrimos) por no calzar con los estereotipos fijados, ( por quien??).
Nos olvidamos que somos comunes y corrientes, por lo menos tú y yo, y que deseamos disfrutar de Reñaca ("posom"), como de cualquier lugar donde posiblemente nos sintamos "descriminados" por no ser rubios, nariz respingada ni ojos azules...
Aunque últimamente me gusto como soy...

Te abrazo con mucha alegría,

Ali

Susana Peiró dijo...

Muy bien, Luis!

El año pasado miraba en trámite de zapping, las tremendas operaciones a las que se sometían mujeres y hombres, para intentar alcanzar los ideales de belleza actuales. A las cirugías, dietas. A las dietas, gordos bolsillos para comprar elegancia. Y en la sumatoria: "O" placer.

Y en contraposición, esta postal que desborda romanticismo y hermosura. Las "imágenes" hablan por sí mismas.

Un Abrazo Amigo!

Anónimo dijo...

bonita foto, bonito post.

pepa mas gisbert dijo...

Y es que junto a la deseable belleza interior, debemos buscar aquella belleza exterior que nos rodea, el mar, una playa, compañía,....todo en armonioso equilibrio.

pepa mas gisbert dijo...

Y es que junto a la deseable belleza interior, debemos buscar aquella belleza exterior que nos rodea, el mar, una playa, compañía,....todo en armonioso equilibrio.