sábado, 5 de junio de 2010

El Patito Feo

De niño solía siempre discutir el cuento del “Patito Feo”, en mi óptica infantil era absurdo que nadie, y en especial mamá pata, se diera cuenta que la criatura en realidad era un cisne. Tan sólo con los años pude entender que en ocasiones una moraleja puede estar por sobre la exactitud y lógica de un cuento.
Hace algunos días, frente a la laguna del Jardín Botánico nacional observé una versión un tanto más coherente de este clásico infantil. Se trataba de una bandada de patos que buscaban su alimento entre las aguas, todos de un blanco resplandeciente menos uno, el de la fotografía, a mi gusto el más hermoso de todos pero también el único distinto. De ahí en más mientras continué mi paseo entre los árboles otoñales no pude dejar de reflexionar sobre el tema de la discriminación y como está nos afecta.
Debo señalar que durante años me sentí un individuo no discriminable, quiero decir que no soy gay, no pertenezco a una minoría étnica ni provengo de un estrato marginal de la sociedad. Aclaro en este punto que NO pretendo insinuar que dichos sujetos deban ni menos merezcan ser discriminados, pero la realidad es que en nuestras sociedades lamentablemente siempre habrá quienes hagan de estos objetos de diferenciación.
Aclarado el punto no pretendo adentrarme en los absurdos de la homofobia o xenofobia que daría para largo, sino que quiero centrarme en aquel ámbito de la discriminación sutil, vedada, silenciosa, esa que se da a quienes sencillamente no viven de acuerdo a como nosotros pensamos que deben vivir.
Nuestras familias, amigos y cercanos suelen esperar que vivamos nuestras vidas en forma predecible y de acuerdo a un patrón predefinido. En mis años de soltería mis padres solían preguntarme cuando iba a tener una pareja estable, cuando lo hice bastó que llevara a mi novia a unos cuantos almuerzos para que la pregunta fuera ¿Cuándo van a casarse?; acabábamos de regresar de la luna de miel y el tema era ¿Cuándo van a tener un hijo?; y aún no terminaba de pagar los gastos de la maternidad cuando el cuestionamiento pasó a ser ¿Cuándo van a tener el segundo?. La verdad es que en ese punto nos detuvimos, decidimos dejar el nacimiento de un segundo hijo para más adelante pero lo que en realidad trajo el futuro fue nuestra separación, cuestión que también se puede clasificar como esperable y de acuerdo al molde preestablecido.
Supongo que el machismo latente en la sociedad hace mucho más difícil el divorcio para las mujeres que para los hombres. Usualmente una divorciada debe soportar el alejamiento de sus amigas que comienzan a verla como un rival, no vaya a ser cosa que les robe a sus maridos, y también el de sus amigos que temen que la nueva liberada se convierta en una influencia peligrosa que aleone a sus sumisas cónyuges.
Para los hombres es esperable que vivan algún tiempo de duelo, cuestión que hice, que luego entren a la fase de “Living la Vida Loca”, cuestión que también hice, y que luego “rehagan” sus vidas estableciéndose junto a una nueva mujer y entrando de nuevo al círculo predefinido de pareja, matrimonio, hijo, segundo hijo, etc. En este punto fue donde decidí detenerme y empezar a actuar distinto.
Realmente he perdido la cuenta de las veces que cuando alguien sabe que me divorcié hace años me pregunta ¿Y rehiciste tu vida?, la respuesta es “si la rehíce, en la actualidad vivo sólo junto a mi hijo”, acto seguido me replican “me refería a si tenías una nueva pareja”, y es que acaso ¿solo viviendo en pareja de acuerdo a lo que todos esperan se puede rehacer una vida?, quiero decir: no tengo cuentas con mi pasado, me encuentro concentrado en mi trabajo, mis aficiones y la educación de mi hijo lo que me hace bastante feliz y una vez que mis obligaciones concluyan sueño con retirarme y viajar a la infinidad de lugares que me maravillan (a la hora de viajar y fotografiar prefiero hacerlo en solitario) en otra palabras tengo mi vida completamente rehecha..
Sé que para las esposas de algunos amigos soy algo así como la encarnación del demonio, un tipo que hace lo que quiere sin rendirle cuentas a nadie, si supieran que usualmente soy yo el que ando frenando las ansias de desorden de sus mariditos. Otros al verme medianamente maduro y soltero me preguntan si acaso soy gay, la verdad es que no lo soy y no tendría problemas en reconocerlo si lo fuera, tampoco soy célibe pero he decidido construir mi vida en base a relaciones ocasionales en las que de vez en cuando sexo y amor logran coincidir pero con personas que se han planteado de igual forma que yo ante la vida. Existen también los que se compadecen, “debe ser triste no tener alguien que te acompañe”, sería difícil explicarles que tengo la compañía que necesito y que aprender a vivir con uno mismo es un proceso tan complejo y desafiante que en ocasiones no da tregua para compartirlo con otros.
Bien, es cierto que aún es complicado cuando llego a alguna reunión social y más de alguno se queda mirando hacia la puerta preguntándose dónde está mi acompañante, es cierto también que en las noches de invierno a veces es preferible el calor humano a la calefacción central, es cierto también que con las parejas ocasionales no necesariamente se coincide en tiempo y ansias, pero es la vida que quiero vivir, no sé si en la mejor o peor forma pero es en la manera que decidí vivirla. No critico a aquellos que esperan morir rodeados de nietos mientras su pareja sostiene devotamente su mano, pero espero que estos tampoco me critiquen si yo espero morir descubriendo algún rincón lejano y enviándole correos electrónicos a mis nietos.

15 comentarios:

Unknown dijo...

como siempre despertas mi absoluto respeto y por supuesto mi acompañamiento en tus palabras,
un orgulloso abrazo por conocerte

Ana dijo...

Hace como 15 años que vivo con "calefacción central" usando tus palabras.Por si te sirve de consuelo. Y hace quince años que me digo que no tendría problemas en vivir de otra manera. Por supuesto siempre mejor, porque ya no hay retroceso. Y me gusta mucho como vivo. Y le mando mails a mis hijosy abrazos enormes a mis nietitos desde rincones extraños.
Te abrazo Luis.

Ana dijo...

Ejem... y calor humano cuando pinta, también.

Alimontero dijo...

Hola Luis, tocaste dos tópicos interesantes....y profundos: la discriminación y la opción de vivir sin pareja.
Me vi absorbida en la lectura y leí, interesada, hasta el final...
Gracias por tus puntos de vista, sinceros, directos y totalmente respetables.

Definitivamente tus imágenes son muy buenas..felicidades!

Ali

Manel Aljama dijo...

Muy bueno.
Me has recordado el cueno aquel de los monos encerrados en una caja con una escalera. La escalera tiene un plátano y/o una puerta en el último peldaño. Cada vez que un individuo se atreve a llegar al último escalón recibe una ducha de agua helada.
Los simios reciben regularmente alimento.
Con el paso del tiempo no hace falta la ducha fría: cuando algún joven se atreve a subir la escalera, los mayores le dan una paliza.
Más o menos es la historia que me contaron. Tu texto me parece muy sutil y mejor.
Un abrazo

Belén dijo...

Somos de la misma condición!!!

Y eso veo que pasa en todos los países y en todos los lugares... los solteros de convicción parece que somos denostados, pero cada uno vive su vida como quiere (o puede)

Besicos

pepa mas gisbert dijo...

Me enrabieta la gente que asimila vivir en soledad con no tener pareja. Mejor dicho me enrabietaba, cada uno que viva la vida como prefiera si puede y si no, que intente vivirla.

Un abrazo

Ricardo Miñana dijo...

Buen relato, un placer leerte.
feliz semana.

Anónimo dijo...

Decisiones, Ah Luis...
En cualquier país o lugar encontramos los que prefieren estar bien solos, que mal acompañados.

AMOR dijo...

Muy buena entrada Luis.
claro que todos vivamos donde vivamos, tendriamos que tener la libertad de hacer con nuestras vidas lo que nos diera la gana
yo no vivo en pareja y soy feliz asi, no me siento un deshecho de la sociedad ya que no le doy cuentas a nadie, hago lo que me hace sentir viva y felz.
Besazosssssssss

MaLena Ezcurra dijo...

Importa la mirada de los otros, creo que no.
Yo soy una mujer sola por elección, me gusta andar a mi aire, levantarme a la madrugada para pintar, ver a los que quiero cuando el corazón me lo pide, y esas cosas simples que para mi son la felicidad.


Sigamos siendo lo que necesitamos ser, es primordial.


Lo abrazo.


MaLena-

Zayi Hernández dijo...

Yo siempre he sido la absurda de la familia y te cuento por qué: en primer lugar vengo de una familia de gente muy supersticiosa y como dudosamente creo en algo que no sea Dios ( porque la iglesia me la paso por la faja) y soy como San Agustín ( dedo en llaga para que crea...¿Era San Agustín el que lo decía, no?)me han tomado siempre como un bicho ateo e increyente, no creo en muertos que hablen, ni en santos que bajen a aconsejarnos, todo eso me parece un circo delicioso para escribirlo, pero hasta ahí... mi caracter me hizo siempre a un lado, luego llegaron otras cosas que me hicieron comprender que la gente creyente se termina volviendo loca. En mi circulo se cuidan las apariencias, a mi me da igual, soy de "la verdad aunque duela", otra razón para ser patito feo...y lo peor, nunca me callo cuando tengo la razón, ni bajo el lomo, ni me arrodillo ante nadie ( cuando soy portadora de la razón)...me consideran orgullosa, atea, utópica y banal...pero ¿sabes?...este patito feo duerme con la consciencia en paz todas las noches porque sabe que nunca ha hecho nada para herir a nadie, que antes de atropellar a alguien me he quitado del medio, que he defendido a los que quiero aunque no hayan tenido la razón y que nunca le he dado la espalda a los que alguna vez consideré "mi gente"...soy un pato feo, el más horrible del grupo, pero soy un pato honesto, con palabra y con alma.
Un besito.
Sigue soltero, no te pierdes de nada... es más, envidio esa tranquilidad en la que vives...a veces es mejor estar de a ratos y bien, que siempre y mal.

tia elsa dijo...

Lo importante en tu caso es que tenés bien en claro lo que querés, supongo que como todos en la vida si te llega el amor fuerte claudicarás, o quizás seas lo suficientemente cerebral para eludirlo si apareciera. La gente es molesta, parece que hay vivir según modelos preestablecidos, concuerdo contigo que también es lindo hacer lo que se te de la gana sin nadie que se fastidie por ello. Saludos tía Elsa.

Raúl dijo...

Mi querido amigo. Las moralejas son lo mejor y lo peor de los cuentos. Seducen, ilusionan... y las más de las veces, resultan equívocas.

mabel casas dijo...

LUis

fantástico tu texto!!
partir del patito feo, cuneto que aún hoy los niños lo conocen y se trata de crear conciencia de la nodiscriminación
perola realidad es tal cual la contás!! cuando uno hace no esperable, es el renegado o el mirado como bicho raro y e cierta forma le ven algo que los puede inquietar( o quizás algo de envidia por jugarse )
paso por tu misma situación y he pasado por todos los pasos que comentás
y es cierto que a veces hace falta un cruce de afectos y sábanas, y que alguna noche en solitario nos trae un "que buena sería...esta noche" no siginifica la idea de reincidir
gracias por contar este estado de muchos de nosotros para que muchos nos entiendan y otros sintamos que somos varios los que compartimos pensamiento, y no a la discriminación de ningún tipo
cariños amigo