Esta fotografía tiene dos actores: En primer plano un imponente lobo marino y al fondo las instalaciones del dique de reparaciones navales que flota en el centro de la bahía de Valparaíso y cuyo logo corporativo puede verse a la izquierda del animal. Por lo mismo la imagen podría ser igualmente usada por alguna ONG dedicada a la conservación del medio ambiente como por la oficina de relaciones públicas de la citada compañía.
El compromiso con la ecología es una de las cuestiones que se ha vuelto de primera importancia en mi forma de enfocar la vida, quienes me conocen saben que en forma a veces incluso majadera privilegio el reciclaje, al ahorro de energía y todo aquello que pueda ayudar a salvaguardar los recursos naturales. Sin embargo me preocupan también otros asuntos como la superación de la pobreza, la disminución del desempleo, el mejoramiento del acceso a la salud y educación, todas ellas cuestiones en donde en ocasiones se debe llegar a un delicado punto de equilibrio entre no intervenir el medio ambiente y permitir el desarrollo sustentable.
He apoyado el accionar de iniciativas que se oponen a la construcción de represas en la Patagonia o al traslado de glaciares de la Cordillera de Los Andes para facilitar la extracción minera no porque no valoré el crecimiento económico que las empresas involucradas puedan aportar o porque no sea consciente de la necesidad de producción de energía, sino porque creo que hay otros medios de generarla menos invasivos con el ecosistema y los minerales bajo los campos de hielo pueden perfectamente esperar hasta que nuestra tecnología permita acceder a ellos sin tener que hipotecar nuestras futuras reservas de agua.
Sin embargo existen otras propuestas de los grupos ecologistas más radicales que encuentro absolutamente inviables y que creo que en lugar de ayudar a la causa tan solo hacen que sean vistos como unos desquiciados que poco menos pretenden que regresemos a la Edad de Piedra.
Absurdo sería pensar en que el inicialmente referido dique flotante cierre sus operaciones para que las colonias de lobos marinos cercanas no se vean amenazadas por las hélices de los barcos y la contaminación por petróleo, aún si esto se hiciera el único resultado sería que se construya un nuevo dique en otro lugar, a fin de cuentas en algún sitio deben ser reparados los navíos, afectando a otro ecosistema y tan solo multiplicaríamos el problema de la contaminación por dos. Igualmente no tiene sentido marchar por las calles pidiendo eliminar los bosques artificiales de pino radiata levantados por las empresas forestales en la Araucanía para luego reforestarlo con árboles nativos, este simple hecho no va a disminuir el consumo de papel y lo único que se lograría es trasladar el problema a la Patagonia, el Amazonas o a algún lugar de África.
La causa ecológica debe ser tomada con seriedad y no tan sólo con idealismo, con propuestas concretas y no únicamente con sueños utópicos. El trabajo de las instituciones verdes no puede consistir tan sólo en convocar a protestas frente a las plantas de celulosa, aunque en ocasiones es necesario hacerlo, sino también en promover iniciativas que solucionen el problema de raíz como por ejemplo crear leyes que legalicen la firma digital y promuevan la facturación electrónica a fin de disminuir el consumo de papel; desincentivar el uso del automóvil mediante una adecuada red de transporte público; subsidiar la adquisición de paneles solares para disminuir los uso domiciliarios de energía y así un sinfín de ideas prácticas, concretas, viables y ejecutables que pueden marcar una gran diferencia.
Industrialización y Medio Ambiente están ya condenados, para bien o para mal, a la coexistencia.
El compromiso con la ecología es una de las cuestiones que se ha vuelto de primera importancia en mi forma de enfocar la vida, quienes me conocen saben que en forma a veces incluso majadera privilegio el reciclaje, al ahorro de energía y todo aquello que pueda ayudar a salvaguardar los recursos naturales. Sin embargo me preocupan también otros asuntos como la superación de la pobreza, la disminución del desempleo, el mejoramiento del acceso a la salud y educación, todas ellas cuestiones en donde en ocasiones se debe llegar a un delicado punto de equilibrio entre no intervenir el medio ambiente y permitir el desarrollo sustentable.
He apoyado el accionar de iniciativas que se oponen a la construcción de represas en la Patagonia o al traslado de glaciares de la Cordillera de Los Andes para facilitar la extracción minera no porque no valoré el crecimiento económico que las empresas involucradas puedan aportar o porque no sea consciente de la necesidad de producción de energía, sino porque creo que hay otros medios de generarla menos invasivos con el ecosistema y los minerales bajo los campos de hielo pueden perfectamente esperar hasta que nuestra tecnología permita acceder a ellos sin tener que hipotecar nuestras futuras reservas de agua.
Sin embargo existen otras propuestas de los grupos ecologistas más radicales que encuentro absolutamente inviables y que creo que en lugar de ayudar a la causa tan solo hacen que sean vistos como unos desquiciados que poco menos pretenden que regresemos a la Edad de Piedra.
Absurdo sería pensar en que el inicialmente referido dique flotante cierre sus operaciones para que las colonias de lobos marinos cercanas no se vean amenazadas por las hélices de los barcos y la contaminación por petróleo, aún si esto se hiciera el único resultado sería que se construya un nuevo dique en otro lugar, a fin de cuentas en algún sitio deben ser reparados los navíos, afectando a otro ecosistema y tan solo multiplicaríamos el problema de la contaminación por dos. Igualmente no tiene sentido marchar por las calles pidiendo eliminar los bosques artificiales de pino radiata levantados por las empresas forestales en la Araucanía para luego reforestarlo con árboles nativos, este simple hecho no va a disminuir el consumo de papel y lo único que se lograría es trasladar el problema a la Patagonia, el Amazonas o a algún lugar de África.
La causa ecológica debe ser tomada con seriedad y no tan sólo con idealismo, con propuestas concretas y no únicamente con sueños utópicos. El trabajo de las instituciones verdes no puede consistir tan sólo en convocar a protestas frente a las plantas de celulosa, aunque en ocasiones es necesario hacerlo, sino también en promover iniciativas que solucionen el problema de raíz como por ejemplo crear leyes que legalicen la firma digital y promuevan la facturación electrónica a fin de disminuir el consumo de papel; desincentivar el uso del automóvil mediante una adecuada red de transporte público; subsidiar la adquisición de paneles solares para disminuir los uso domiciliarios de energía y así un sinfín de ideas prácticas, concretas, viables y ejecutables que pueden marcar una gran diferencia.
Industrialización y Medio Ambiente están ya condenados, para bien o para mal, a la coexistencia.
9 comentarios:
Y qué difícil es esa coexistencia ¿verdad? sobre todo cuando las diferentes posturas parecen tan irreconciliables y ni unos ni otros quieren ceder.
¿Seremos capaces de encontrar soluciones a tiempo?
Muy buena la foto, Luis. Ese lobo marino parece querer decir algo.
Un beso
Yo creo que muchas veces los humanos hemos perdido la propiedad de convivir en paz con las demás especies... y eso se nota...
Besicos
Hablamos deque nos diferencia de los animales la razosn, pero esta clara que si no somos capaces de respetar nuestra propia especie, como podriamos respetar otras, nos convertimos en salvajes, muchos disfrutan con el dolor de los demas, yo les invito a tener mas sexo y quemar esas pocas neuronas que les queda.
Besazos y una entrada sublime
si nosotros no nos comprometemos con el medio ambiente y somos sus voces...¿Quién lo hará?. Tenemos que aprender a vivir en manada, respetandonos como manada para luego, ayudar a los otros seres.
Esto pinta mal...nos estamos cargando al mundo día a día...
Besos.
¿A qué nos referimos con salvar la tierra?
En el caso de Al Gore, a trabajar duro para ganarse el Nobel.
En el mío, ahora más que nunca, a comprarme un rifle para que no me la caguen los gatos. Quiero salvar la tierra para que mi hijo juegue a la pelota, se tire entre las plantas, mire una hormiga y pregunte -como pregunta ahora- si las matamos o qué.
-No, Joaqui, mejor no las matemos -le contesto, porque en el fondo soy buena.
-¿Y por qué a los mosquitos sí los matamos?
-Porque nos pican.
-¿Y las hormigas no pican?
-No.
-Pero pican a las plantas. Se comen las hojitas ¿ves mami? Esa se está comiendo una hojita.
-Pero a la planta no le duele.
-¿Por qué no le duele?
-Porque no es persona.
-Ah. ¿Por qué no es persona?
-Porque es planta.
-¿Por qué es planta?
-Porque no tiene sistema nervioso central.
-Ah.
-...
¿Qué es serena negroso central?
-Pisálas a todas, pero después limpiate los zapatos.
(Josefina Licitra)
de La Ecología de las canas verdes Revista lamujerdemivida
Muy de acuerdo con tus palabras, Raúl.
No convertirnos en la secta de los naturales, sino planificar, ejecutar y sostener medidas alternativas que ayuden.
Después de todo no se los ve muy ofuscados a los lobos en tu foto.
Un abrazo.
Totalmente de acuerdo contigo en que hay muchas iniciativas totalmente viables que podrían ser llevadas a cabo en aras de una mejor coexistencia entre el Medio Ambiente y la Industrialización. Abrazos
En esto como en todo, el equilibrio es lo esencial. Hacer que convivan amigablemente ecología y bienestar. Aunque a veces, encontrar ese equilibro resulta enormemente difícil por no decir imposible.
Hoy se levantó el corte luego de tres años y medio, mediante el cual un grupo de vecinos de la ciudad de Gualeguaychú en Argentina, impedía el paso a Uruguay a través del Puente Internacional Fray Bentos .
Motivos? La instalación de la pastera Botnia en el margen uruguayo, del río Uruguay.
El Tribunal de La Haya en abril , dió su veredicto: la pastera no contamina. No obstante ello los vecinos se negaron a salir del puente porque no aceptaron el fallo.
Hoy luego de muchas negociaciones, decidieron "suspender" el corte por el término de 60 dias, cuando Cristina y Mujica se reúnan nuevamente por este tema.
O sea mi estimado Luís, a veces las decisiones de algunos , perjudican a muchos, como en este caso. Imaginate las consecuencias que produce el corte de un paso internacional por más de tres años!
Al medio ambiente hay que cuidarlo, el planeta es maravilloso , pero siempre debe ser con criterio, sino como decía mi abuela , es "peor el remedio que la enfermedad".
Besos para vos.
REM
Estoy totalmente a favor de propuestas como las que haces, Luis, pues una cosa es intentar preservar los ya escasos bienes del planeta y otra hacerlo de modo incongruente. Ya no podemos regresar al pasado, nuestros niveles de población y el nivel de vida alcanzado lo impiden, por consiguiente, lo único viable es el desarrollo sostenible, procurar contaminar lo menos posible y preservar los ecosistemas, pero intentando a la vez no menoscabar las maltrechas economías, sobre todo las de los países "pobres". y de nada sirve llevar un problema de un lugar a otro, hay que intentar preservar el planeta, pero no quitarnos nosotros el problema para echárselo encima al vecino. Ojalá mucha gente pensase como tú, de una forma tan lúcida y cabal, querido amigo. Otro beso y pasa una muy feliz y sobre todo, relajante, semana.
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