De un tiempo a esta parte me ha dejado de interesar asistir a espectáculos musicales masivos. Supongo que el paso y peso de los años hacen que ya no me resulte tan gratificante y adrenalínico pelear por una entrada, hacer una fila de ingreso de horas, abrirme paso a codazos en una cancha y soportar empujones y gritos histéricos mientras intento ver y escuchar al rockstar de turno a cincuenta metros de distancia. Aunque no reniego de los eventos de ese tipo a los cuales asistí.
Actualmente prefiero esos recitales íntimos, de no más de cien asistentes, a los que puedes llegar cinco minutos antes del inicio y esperar el comienzo de la tocata cómodamente sentado y con un vaso de vino o una taza de café en la mano. Pero no es solo un asunto de comodidad sino también el que en estas instancias usualmente se genera una potente conexión entre artista y público, una comunicación que lleva a que se revelen ciertas intimidades y curiosidades que difícilmente algún cantante revelaría frente a cincuenta mil personas.
En este mismo sentido asistir a las presentaciones de don Patricio Manns es todo un deleite pues es un tipo bastante pródigo a la hora de contar sabrosos e interesantes detalles de cómo tomó forma su historia musical.
Mayoritariamente conocido por ser el autor de algunas de las canciones más trascendentes del folklore latinoamericano en los últimos cincuentas años como es el caso de “Arriba en la Cordillera”, lo cierto es que la juventud de Pato Manns estuvo ligada al periodismo trabajando para algunos de los abundantes tabloides de izquierda durante los convulsionados inicios de los años sesenta. En cierta ocasión el destacado escritor e intelectual Volodia Teitelboim leyó algunos de sus reportajes y lo animó a escribir algún libro, así nació el Pato Manss escritor; luego de ello nada más ni nada menos que Pablo Neruda al leer uno de sus escritos le señaló que debería dedicarse a la poesía, así nació el Pato Manns poeta; al tiempo la mismísima Violeta Parra luego de leer sus poemas le sugirió que pusiera música a sus versos, así nació el Pato Manns compositor; y finalmente nada menos que Victor Jara lo ánimo a cantar él mismo sus canciones y así nació el Pato Manns cantante.
Los conciertos de Manns al igual que su vida transcurren entre conversaciones con estos grandes hombres, las entrevistas hechas a Salvador Allende, los meses que vivió en la casa de Silvio Rodríguez en Cuba luego del golpe militar de 1973, su prolongado exilio en Europa, las canciones compuestas junto a Osvaldo Salinas para Inti Illimani, y un innumerable etcétera.
Hoy a sus casi ochenta años Pato Manns realiza contadas apariciones y se ha alejado un tanto de la contingencia pero no es raro que cuando Serrat, Bosé, Bono o Mike Patton visitan el país hagan un espacio en sus agendas para saludarlo y conversar con él en su casa en la costa del balneario de ConCon.En el último año he asistido a dos presentaciones suyas, una en el Jardín Botánico de Viña del Mar y la otra en el pub La Piedra Feliz de Valparaíso, en ambas sobraron maravillosas historias de maravillosas conversaciones con maravillosos personajes, pero lo más maravilloso es que finalizada su actuación, ya sea sentado en los prados tomando un café o en la barra de “La Piedra” bebiendo una copa de vino Patricio Manns recibe con una cordialidad tremenda a quien quiere seguir conociendo de su vida, y como he tenido ese privilegio puedo decirles que sus inmensos ojos azules se llenan de un brillo especial cuando empieza a contar “una vez en Barcelona me encontré con Mercedes Sosa y…”
Actualmente prefiero esos recitales íntimos, de no más de cien asistentes, a los que puedes llegar cinco minutos antes del inicio y esperar el comienzo de la tocata cómodamente sentado y con un vaso de vino o una taza de café en la mano. Pero no es solo un asunto de comodidad sino también el que en estas instancias usualmente se genera una potente conexión entre artista y público, una comunicación que lleva a que se revelen ciertas intimidades y curiosidades que difícilmente algún cantante revelaría frente a cincuenta mil personas.
En este mismo sentido asistir a las presentaciones de don Patricio Manns es todo un deleite pues es un tipo bastante pródigo a la hora de contar sabrosos e interesantes detalles de cómo tomó forma su historia musical.
Mayoritariamente conocido por ser el autor de algunas de las canciones más trascendentes del folklore latinoamericano en los últimos cincuentas años como es el caso de “Arriba en la Cordillera”, lo cierto es que la juventud de Pato Manns estuvo ligada al periodismo trabajando para algunos de los abundantes tabloides de izquierda durante los convulsionados inicios de los años sesenta. En cierta ocasión el destacado escritor e intelectual Volodia Teitelboim leyó algunos de sus reportajes y lo animó a escribir algún libro, así nació el Pato Manss escritor; luego de ello nada más ni nada menos que Pablo Neruda al leer uno de sus escritos le señaló que debería dedicarse a la poesía, así nació el Pato Manns poeta; al tiempo la mismísima Violeta Parra luego de leer sus poemas le sugirió que pusiera música a sus versos, así nació el Pato Manns compositor; y finalmente nada menos que Victor Jara lo ánimo a cantar él mismo sus canciones y así nació el Pato Manns cantante.
Los conciertos de Manns al igual que su vida transcurren entre conversaciones con estos grandes hombres, las entrevistas hechas a Salvador Allende, los meses que vivió en la casa de Silvio Rodríguez en Cuba luego del golpe militar de 1973, su prolongado exilio en Europa, las canciones compuestas junto a Osvaldo Salinas para Inti Illimani, y un innumerable etcétera.
Hoy a sus casi ochenta años Pato Manns realiza contadas apariciones y se ha alejado un tanto de la contingencia pero no es raro que cuando Serrat, Bosé, Bono o Mike Patton visitan el país hagan un espacio en sus agendas para saludarlo y conversar con él en su casa en la costa del balneario de ConCon.En el último año he asistido a dos presentaciones suyas, una en el Jardín Botánico de Viña del Mar y la otra en el pub La Piedra Feliz de Valparaíso, en ambas sobraron maravillosas historias de maravillosas conversaciones con maravillosos personajes, pero lo más maravilloso es que finalizada su actuación, ya sea sentado en los prados tomando un café o en la barra de “La Piedra” bebiendo una copa de vino Patricio Manns recibe con una cordialidad tremenda a quien quiere seguir conociendo de su vida, y como he tenido ese privilegio puedo decirles que sus inmensos ojos azules se llenan de un brillo especial cuando empieza a contar “una vez en Barcelona me encontré con Mercedes Sosa y…”
una hermosa pintura tuya y de una parte de la historia de estas tierras, un abrazo
ResponderEliminarTe entiendo Manns es inmenso, es chileno y es de todos.
ResponderEliminarEl canta los versos más bello que sentí
Antes de amar de nuevo, lava tu corazón
con agua y con ceniza que sean verdaderas:
Así el recién venido sabrá que has olvidado
al otro que ocupaba tu vida aventurera.
Antes de amar de nuevo, desata las amarras
que te retienen lejos, en horizonte extraño:
Ignoras lo que vale conquistar un minuto
cuando orgullosamente te has dormido mil años.
Se ama de pie en un mundo confuso y desgarrado
que apenas da reflejos de algo mucho más bello:
Para alcanzarlo basta con limpiar la mirada
y sin ninguna duda sabrás lo que es aquello.
Antes de amar de nuevo, llora un poco en silencio,
haz como hace la lluvia que lava tu ventana,
El sol no está tan lejos de tu alma vanidosa,
sólo que para verlo hay que abrir la mañana.
PM.
Un abrazo enorme.
M.
Soy de los tuyos, donde esté algo más personal e intimo...
ResponderEliminarBesicos
Me gustan los gdes conciertos, pero al igual que vos disfruto mucho de los ambientes intimistas donde se logra esa especie de comunicación espiritual con el artista, sin dudas debe ser un gran placer ver y escuchar a Patricio Manns. Que bueno que hayas podido darte ese enorme gusto.
ResponderEliminarBesos a tí.
REM
Se disfruta más el artista, se lo dimensiona y acaso ese mensaje que tiene para nosotros, llega en forma más directa.
ResponderEliminarEl paso del tiempo nos hace más exigentes Estimado Amigo, enhorabuena por esos agradables momentos!
Un abrazo!
Y es que cuando un cantante es a la vez poeta la satisfacción de disfrutar de un buen, bonísimo momento, esta asegurada.
ResponderEliminarDe acuerdo contigo, ya las grandes cantidades de gentes me abruman y también prefiero la intimidad de un concierto en sala acotada. Un placer siempre escucharlo a don Pato. Qué suerte tenerlo cerca y cantando!
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